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Colgaré la nota en la nevera. Dos tareas pendientes para después del drama. La segunda es de ejecución tardía. Vendrá la Navidad, y luego otra primavera, y cuando la nube asesina se disipe entre nuestros olvidos y Valencia vuelva a ser la tierra de las ... flores, de la luz y del amor estaremos obligados a recordar a las viudas y los huérfanos de la DANA. El tiempo tratará de sepultar todo este dolor y será entonces nuestra responsabilidad mantenerlo a flote, evitar su condensación en una placa, una referencia en un libro de texto y cada doce meses un minuto de silencio al que la rutina vaciará de contenido. Pero mientras llega ese momento podemos ir avanzando en la primera tarea, la de rendir cuentas.
La política, su ponzoña... Cuando parecía imposible aumentar el descrédito acude la naturaleza a sacarnos del error, erigida la catástrofe en otro episodio de este juego de tronos, más acuciante salvar el cuello que tender la mano. ¿A quién sorprende? Ya pasó en los atentados de Barcelona y el 11-M. Cita seriéfila, la del odioso Silco en 'Arcane'. «El poder no es para aquellos que nacen siendo los más fuertes, sino de los que están dispuestos a todo por conseguirlo». Valdría como sinopsis del 'Manual de resistencia' de Sánchez, que ahora Mazón parece dispuesto a versionar. No me sorprende que lo haga, pues por algo el presidente literato duerme en la Moncloa mientras Susana Díaz garbea por los platós de Master Chef. La política, sus tentáculos... Una convocante de la gran manifestación, agarrada al eslogan como Gollum a su tesoro, increpa a los portadores de una pancarta por lo visto inoportuna. «Sánchez y Mazón la misma mierda son». Que la quiten, no improvisemos, en la protesta hay un malo oficial. ¿Será que Sánchez tiene difícil rima y si lo incorporamos al guiso reivindicativo se joroba el ripio?
La prevención, un espejismo. Cada año por estas fechas los redactores de medio ambiente auscultan las obras antirriada, como harán con los riesgos forestales cuando vuelva el calor. Esta vez no necesitan descolgar el teléfono, su fuente son las víctimas, casi tantas en una noche como las que han dejado los últimos once huracanes del Atlántico. Ni la infraestructura es apta ni los protocolos funcionan. Vuelvo al cine. Vean 'Twisters'. Lo primero, declarar la emergencia nacional; lo segundo, atinar con las alertas a los móviles.
La juventud, un ejemplo. Fue la gran mentira del Covid. Ningún desastre nos hace mejores, sencillamente muestra cómo somos. En el plano moral ha llegado el momento del relevo generacional.
La comunicación, una reflexión. Infestado TikTok de prescriptores de opinión, sólo faltaba que las aguas revueltas trajeran bucaneros amarillistas y plumillas navegando bajo bandera de conveniencia. Cada mala praxis, cada especulación con los muertos y desaparecidos como si fueran 'llises' en agua estancada, cada proa distraída por el sesgo ideológico no fue autolesión sino bomba de racimo contra un gremio sagrado. «La información debe ser una herramienta al servicio del pueblo para limitar al poder, no una herramienta del poder para controlar al pueblo», me dice uno de nuestros jóvenes ejemplares. Lee buena prensa, le replico. Si esta sociedad que dejó de creer en políticos y jueces pierde también la fe en el periodismo, otra tragedia está por llegar.
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