Cacería política

Sin ánimo de disculpar, creo que lo que le ocurrió a Mazón le hubiera ocurrido a cualquiera en esas primerísimas horas de una hecatombe sin precedentes

ANTONIO MIGUEL LÓPEZ GARCÍA

Sábado, 8 de febrero 2025, 00:00

Desconozco si vivimos en año electoral, pero existen demasiados datos como para obviar la posibilidad de elecciones anticipadas. Si Sánchez fuese un presidente digno del cargo, sin duda. Me avala la gravísima corrupción que le cerca en el círculo más estrecho personal y político, su ... Fiscal General, su dependencia del delincuente huido, los severos trasquilones parlamentarios, sus histéricos ataques a la Judicatura, la colocación de sus irredentos al frente de federaciones socialistas, el férreo control del partido (no obstante ya 'nerviosea'), la oposición gubernamental a la Oposición, el rechazo popular allá donde va y admite público, los últimos desvaríos de su vicepresidenta comunista, su necesidad de mantener a Franco 'vivo', el fuerte incremento de publicidad institucional, o la cacería contra los barones territoriales populares, especialmente Ayuso y Mazón.

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Lo de Ayuso es añejo. Sánchez y sus férvidos partidarios le profesan un odio irracional por su propia ineptitud para derrotarla, pese a las inferiores condiciones en que debe competir aquella. Resulta lacerante para Sánchez ser superado repetidamente por una mujer que, además, defiende sus ideas y contraataca. Debe de ser muy duro para su ego. Se le nota porque insulta e insulta, y porque aprieta las quijadas: bruxismo necesitado de neuromoduladores. Y presumo que no duerme bien, como con Pablo. En sus intentonas recurre a todo contra ella: personal, familiar, sentimental, partidista...; ha tenido que soportar que desde el gobierno, griten y le llamen asesina, corrupta, franquista, ida, homófoba (como cuando la culparon de un falso ataque a un homosexual con cortes en las nalgas). Un argumentario injurioso propio, en definitiva, de quien no tiene razón. Sánchez miente, pero insiste: algo queda. Hace falta mala fe; o como diría la locuaz Yolanda en pleno desbarajuste mental, ser «mala persona». Ayuso no es una intelectual (en política escasean), pero conoce sus límites, los asume, toma consejo y gana. Contrariamente, Sánchez no conoce límites, se cree omnisciente y así le/nos va.

Ahora, con un olfato más propio de un predador cánido, ha olisqueado sangre a distancia: en Valencia. Desde Moncloa. «Este es nuestro momento», se felicitan en el gobierno haciendo cálculos ante la muy dudosa gestión de Mazón. Lo han colocado en la diana y no lo van soltar. Duras e incesantes críticas, manifestaciones donde le llaman «asesino» y piden su dimisión, aunque callan el descontrol de la Confederación Hidrográfica del Júcar, y de la ministra ausente, y por supuesto de Sánchez, que sigue sin dar la cara. Al menos Mazón lo hace mientras agiliza las ayudas (doy fe). ¿Por qué no cortaron las autovías de gestión ministerial? No tenían ni idea de lo que había.

Mazón no es Ayuso, y el día 29-O no estuvo a la altura, pero, sin ánimo de disculpar (sí de comprender, como a los alcaldes), creo que lo que le ocurrió le hubiera ocurrido a cualquiera en esas primerísimas horas de una hecatombe sin precedentes por su magnitud en una zona donde cada año tocan a rebato por «fuertes lluvias». Nunca alcanza mediciones tan dramáticas. Lo de los días siguientes es otro cantar. En frío, con los datos en la mano y las imágenes de la tragedia en la retina, Sánchez debió tomar el mando ¡de inmediato!, y llamar al President a su lado (hay precedentes), en vez de frotarse las manos por la posible cosecha electoral, sin esperar a que le tengan que pedir nada. ¿Qué hubiera hecho con Puig? Su soberbia le destruirá. No tengo claro que Sánchez esté ganando la partida valenciana. Si así fuera, vendría. ¡Ni a la misa por las víctimas se atrevió! La cosa aparenta irle bien porque partidos y sindicatos de izquierdas hacen mucho ruido aquí: manifestaciones, declaraciones, algaradas en les Corts..., pero dudo que le esté reportando el beneficio que él calculaba cuando demoró miserablemente el envío de ayuda para aliviar nuestra desgracia. Siempre sacando tajada de las desgracias.

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No descarto, digo, que vayamos a elecciones en unos meses. Presenta mal cuadro clínico y pese a su resistencia probada, echar mano de Franco y soltar una vaquita a fin de año para ofender a los cristianos y empezar a movilizar a los suyos, tiene mal presagio. Como diría ZP: necesita crispar. Y es lo que hace. La cacería continúa; el resultado ya veremos.

*POLITÓLOGO E HISTORIADOR

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