En estos días de Reyes me acuerdo de los de toda la vida. Noches de Reyes de dejar las zapatillas Paredes gastadas en la puerta ... de casa para que Sus Majestades me dejaran un puñado de caramelos dentro. Recuerdo los tres vasos de leche para Melchor, Gaspar y Baltasar. Y el cuenco de agua para los camellos. Que aún no sé cómo subían esos animales hasta el balcón, pero subían. Vaya que si subían. Y todos se tomaban su leche. Y su agua. Y las galletas María que acababan mordisqueadas, no engullidas enteras, «que los Reyes comen en muchas casas y entonces picotean en cada una a la que van». Así me lo explicaban mis padres y así lo he transmitido yo. Tradición. Simplicidad. Ilusión.
Publicidad
Pero no. Este sábado se ha liado parda en las redes porque la cabalgata de Reyes programada por el nuevo Ayuntamiento de Valencia no ha tenido boato. No ha tenido espectacularidad. Eso dicen en Twitter y plataformas similares. Que en realidad es como decir NADA. Que no han salido osos polares gigantes. Ni seres mecánicos enormes con un sinfín de luces y movimientos. Y una cohorte de extras que son más dignos del Circo del Sol (alabado sea) que de otra cosa. Y que no ha desfilado la cartera Caterina, que permítanme la expresión soez y popular, pero 'no la conocía ni su madre'. Y que si han salido personajes usados para representar al Quijote que ya se usaron hace unos años en la cabalgata de Albacete. ¡¡Albacete!! ¡¡Qué escándalo!!! ¿Y? Como si fueran personajes traídos de la cabalgata de Abu Dhabi o de algún régimen dictatorial. ¿O la crítica va dirigida a que se intente rentabilizar los gastos de una cabalgata con un show ya montado y que al final saldrá más rentable? Pues si esa es la crítica, olé por la decisión de la actual corporación municipal. Y si la crítica es por incluir el Quijote entre los personajes de la cabalgata, de nuevo olé por la decisión. No creo que haya obra más conocida por todos: valencianos, manchegos, madrileños, oscenses y gerundenses. Españoles y regionales. Unidos al fin y al cabo.
Pero no. Ellos siguen con su discurso. Como Pere Fuset haciendo directos a pie de cabalgata con vídeos criticando la austeridad del desfile. Mire. señor Fuset. Me parece muy bien que ustedes en su mandato quisieran dotar de espectacularidad al desfile. Con SU Caterina. Lo mismo que con sus Reinas Magas de la República, que eran algo de hace un siglo. Tan trasnochado como lo que ustedes critican ahora por tradicional. Mire, En Pere. Yo no soy un ejemplo de practicante católico, aunque sí creyente. Pero si algo es la Navidad es austeridad. Por algo Jesús nació en un pesebre. Entre heno, un buey y una mula. La Navidad es eso. Ser felices con lo mínimo. Y la tradición dice que se trata de un Belén, unos Reyes, unos pastores, un 'caganer (si usted Pere quiere incluir la pluralidad amnistiosa de hoy en día...) y poco más. Así que me parece muy bien que ustedes en la época de Ribó quisieran convertir la cabalgata en un Circo del Sol. En una especie de espectáculo precioso para los niños pero con una mierda de relación con lo que es la NAVIDAD. Siempre con el escondido mensaje de secularizarlo todo. ¿No les gusta el mensaje religioso de la Navidad? Pues es el que es. Con su Herodes y todo. Si no, se montan su desfile del manido solsticio de invierno y tan contentos. La cuestión de estas fechas no es si hay más o menos regalos. De si son espectaculares o no. Se trata de ilusionarse. Haya osos, focas o ratones Mickey. Otra cosa es que algunos quisieran que en vez de Navidad hubiera un desfile del Año Nuevo Chino.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.