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Relatos junto a la hoguera

Cuando un adiós es un hola

Los funerales son para los vivos. El difunto se va. Los vivos aprenden: a caminar con ilusión cada día

Arturo Checa

Valencia

Domingo, 7 de mayo 2023, 00:37

Dani se fue este miércoles. A los 49 años. Jodidamente joven. Demasiado pronto. Si es que alguna vez puede uno morirse tarde. Y hasta en ... su marcha tuvo el mérito de reunirnos junto a él a un buen puñado de amigos. Gente dispuesta a hacerse en un día por carretera hasta la distancia de Galicia a Madrid, ida y vuelta. Colegas que aparcaron el trabajo. Porque en la vida hay que tener prioridades. Y la primera es cuidar el corazón y el alma. Dice una amiga que los funerales son para los vivos. Y tiene toda la razón. No sé muy bien que sentido quiere darle a esa frase, porque yo creo que tiene dos, pero cualquiera es acertado. Por un lado, que el cariño, la amistad, el amor y el compromiso hay que demostrarlos cuando la otra persona aún está entre nosotros. Sin duda. Pero también que los entierros en realidad no son tanto para despedir a un ser querido como para reconfortar a los que se quedan. El que se va ya no está. Aunque siempre vivirá en los recuerdos. Eternos. Los que permanecemos aquí, muchas veces no recordamos que tenemos que querernos.

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