Resulta absurda la situación de un gobierno que trata de dinamitar cualquier pilar constitucional que se ponga en el camino para encumbrar a Sánchez como presidente. Vivimos un culebrón con más tramas que Falcon Crest, tenemos un presidente con más vidas que Chuck Norris y ... mientras todos los medios de comunicación relatamos cada capítulo del intento de investidura, la vida retrocede. No avanza, ni siquiera se pausa, el día a día del españolito empeora.
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¿Llenar el depósito de gasolina? El precio a casi dos euros el litro se ha quedado en nuestras vidas y lo hemos asumido ¿estamos locos? Lo del coste de la cesta de la compra también lo hemos interiorizado, pero la vida no acaba en el coste de un plato de comida. Rece o cruce los dedos para no verse en la necesidad de acudir a un centro sanitario para que le atiendan o simplemente para que le tramiten una radiografía, una resonancia, un análisis o cualquier prueba que necesite. Las compañías de seguros tomaron buena nota hace años para ofrecer un servicio que cubre las necesidades que el sistema público de la Seguridad Social no es capaz: el seguro médico privado.
Es probable que, si usted trabaja y paga impuestos además invierta mensualmente una cuota para que en caso de enfermedad le atiendan sin esperas en un hospital privado. Lo normal es que dependa del sistema público y permanezca en una lista de no menos de seis meses para cualquier tipo de intervención.
Enciendes la tele, la radio, lees la prensa y nuevo capítulo de Puigdemont, Sánchez, los indepes y sus maniobras para saltarse todo por el arco del triunfo. ¿Se han dado cuenta de que la gente se ha inmunizado con todo este proceso? Es triste pero la realidad impera. José Manuel tuvo que internar a su madre por alzhéimer en la pandemia, sin más opción que hacerlo a cuenta de su bolsillo porque la consellería, de Oltra en aquel momento, no le daba plaza (como a tantos). Se fundió los ahorros de una vida, no le dieron la plaza entonces y sin noticias hasta ahora, justo un año después de que se cumpliera la fecha de su muerte. Sí, murió. Es un caso más de lo que sucede en la realidad, la gente muere y el sistema es incapaz de atendernos cuando lo necesitamos.
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Por eso, muchos como José Manuel pasan olímpicamente de la actualidad y carecen de interés por saber si se amnistía a unos delincuentes, si se les perdona una deuda millonaria o si hay o no un referéndum para la independencia de Cataluña.
A veces la vida es un plato de comida cada día, un techo y un poco de salud. Y ni eso.
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