El que no se consuela es porque no quiere

Pero como dice mi amiga, la de la indignación, mañana nos entretendrán con la lotería y más tarde con el vestido de la Pedroche. En el universo paralelo, en el que de verdad cuenta, se cocina un futuro que parece poco prometedor y que denunciarlo, como es el caso de esta columna, ni está de moda ni está bien visto.

¿Sabía que en el próximo mes de enero no hay sesiones parlamentarias en las Cortes Generales pero que este año van a trabajar sus señorías para adelantar todo lo que puedan y acelerar así la amnistía? Puigdemont tiene prisa, consciente del valor de sus pocos votos, es quien marca los horarios de vuelo en el Falcon de Sánchez.

Pero mañana todos los medios nos haremos eco de las mismas imágenes de anteriores sorteos, la historia se repetirá con gente saltando, alegre, con botellas de cava y las declaraciones de Puri y Manolo asegurando que van a tapar algún agujero y a fundirse los pocos euros que les deje hacienda en hacer algún viaje.

Nos queda la ilusión, poco más, porque lo que vamos a ver en el año que se aproxima es de mucho preocupar. Por lo menos este paréntesis festivo puede que sirva para rebajar la intensidad política actual, ojalá, a ver si se relajan un poquito poniendo el árbol y el Belén.

Ya sabe que para mañana, si no tiene colitis, a disfrutar de la jornada. Feliz Navidad.