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Vivimos una época apasionante y extraordinaria en la que Elon Musk implanta un chip en el cerebro de un humano con el que dicen que puede controlar el ratón de un ordenador con su mente. ¿Y lo de la inteligencia artificial? Apasionante. Aparece la IA ... y de repente nos encontramos en un escenario en el que las máquinas nos facilitan enormemente el trabajo, aunque también hay mucho detractor (ignorancia natural) que opina que lo de la IA es el diablo en persona.
Los cambios y los avances a lo largo de las décadas, los siglos, entran dentro del desarrollo normal de la humanidad pero, ¿es normal que se haya producido esta alarmante pérdida de autoridad? Y se extiende en todos los campos, porque es transversal: desde los alumnos frente a su profesor hasta los delincuentes frente a la policía. Hay códigos que se han perdido y que han convertido nuestro modelo de sociedad en más insegura, comparándola con décadas anteriores. Hoy es impensable que los niños jueguen en plena calle como lo hicimos los de nuestra generación. Ahora la juventud lo que persigue es empoderarse en una narcolancha para cumplir el sueño de ganar muchos billetes a costa de lo que sea, incluso de enfrentarse a la autoridad o pasar sobre ella si es menester. Si el policía no puede sacar su pistola para defenderse frente al delincuente, ¿qué seguridad creemos que tenemos?
En el trasfondo de todo ello aparece la pérdida de valores frente a posiciones más populistas y demagogas. La politización de nuestras vidas y el continuo martilleo de ciertos medios de comunicación para normalizar lo que no se sostiene por sí solo, nos han llevado a este lado del río. No nos equivoquemos, muchas de las series televisivas que se han producido en nuestro país desde hace décadas llevaban un claro trasfondo ideológico para normalizar cierto tipo de situaciones y personas (ya me entienden). No ha sido por casualidad ni por mera coincidencia, al contrario, estaban pensadas con intención y tras muchos años de trabajo encubierto han dado sus resultados. Han conseguido normalizar que Manolo vaya en un momento al juzgado y se llame Paca porque dice que se siente mujer. Quieren que Paca pueda optar a unas oposiciones de bombero o disputar un campeonato de natación. Y podremos estar de acuerdo o no, siempre con el máximo respeto. Siempre y cuando respetemos las mismas reglas para todos.
Estamos en una sociedad moderna, apasionante, y creo que tan importante es mantener los valores personales, como ser valiente para no esconderse de ellos.
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