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Unos 500 millones de euros se calcula como impacto resultante de la celebración de la Fórmula 1 en Madrid. Así es, la Madrid de Ayuso ha conseguido firmar por 10 años y a partir de 2026, uno de los eventos con mayor impacto de imagen ... y económico mundiales. Madrid desde la pandemia esta a otro nivel, juega en otra liga y la ciudad de Valencia, sin embargo, vive una situación agónica, una versión muy parecida a la de su equipo de fútbol de primera división.
Lo mismo sucede con otra de las grandes citas que albergamos en el puerto de Valencia: la Copa América. Pero la firme oposición del que fuera alcalde en su momento, Ribó, hizo que paradójicamente se fuera a celebrar en la Barcelona de Ada Colau. Afortunadamente el camino hacia la destrucción que llevaba Valencia tiene los días contados por diferentes motivos: 1) El que fuera el peor alcalde para Valencia, Joan Ribó, ha sido relegado de sus funciones de adoctrinamiento en las urnas, más que para lo que fue elegido. 2) Desparece la inseguridad jurídica para empresas y proyectos que ven Valencia como una ciudad de oportunidades. 3) La nueva alcaldesa Catalá cumple sin complejos lo que prometió su partido en campaña electoral: sí a la Copa América, sí a la Fórmula 1 y sí al progreso de la tercera ciudad de España que aspira a ser la segunda ¿Por qué no?
La moderna y envidiada Barcelona de no hace muchos años se ha convertido en inestable, insegura y dudosa. Ada Colau, la referencia política de Ribó, ha convertido Barcelona en la ciudad de los okupas y del caos. No es de extrañar que la Formula 1 viera con buenos ojos un Gran Premio en Madrid tras la oposición pública de Colau. Falta ver si desaparece Barcelona del calendario o tal vez... ¿por qué no se podría alternar Madrid con el circuito urbano de Valencia?
Compromís, sus secuaces y el peor alcalde de la historia de Valencia, Ribó, han quedado para 'reels' en las redes sociales. Por suerte hay gente nueva al volante del ayuntamiento y la alcaldesa Catalá empieza a demostrar que es más de gestionar que de adoctrinar. La Navidad ya huele a Navidad de verdad, con luces, villancicos y Belenes. La Navidad ya no son las cabalgatas de Ribó dedicadas a Star Wars o al océano.
Valencia se posiciona frente a La Copa América como pretendiente seria y segura para acogerla en futuras ediciones. Valencia huele a progreso y no a las milongas elitistas que desprecia Ribó en su discurso sectario. Y, sobre todo déjenme que me emocione, pero es que tras 8 años Valencia huele por fin a auténtica Navidad.
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