Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia y deja 18 atendidos por humo

Las redes sociales fueron casi más rápidas que las propias llamas al devorar el edificio de la calle General Avilés con Maestro Rodrigo de Valencia. El fuego, los bomberos, la prensa, las autoridades, los vecinos... La tarde del jueves pasado, tan difícil de olvidar, será ... un antes y un después en muchos aspectos de seguridad y de construcción. No sería de extrañar que el incendio de Valencia se convirtiera en el 'Madrid Arena' de la construcción. Si recuerdan, en aquel accidente de noviembre de 2012 murieron en el pabellón multiusos cinco jóvenes que disfrutaban de una macrofiesta a ritmo del conocido pinchadiscos, Dj Steve Aoki. Las múltiples irregularidades de la empresa organizadora, entre las que se encontraba el exceso del aforo del recinto, cambiaron las reglas de los espectáculos y conciertos en este país. Nada volvió a ser igual, la legislación se endureció a niveles nunca conocidos, al igual que los costes de producción.

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De este incendio, si bien es cierto que la investigación está en curso, se determinará cuáles fueron exactamente las causas del inicio del fuego y sobre todo el porqué de la rápida propagación. Haya o no culpables, responsabilidades a parte, lo que está claro es que a vista de lo que pudimos ver en directo nadie quiere vivir dentro de una ratonera sin salida en caso de incendio. Algo va a cambiar, imagínese que ya hay vecinos que han convocado reuniones de urgencia en fincas de construcción similar a la que ardió hace una semana. Es para estar inquieto, como poco. Los expertos y los responsables políticos deberán legislar con un ojo puesto a partir de lo ocurrido en Valencia para que no se vuelva a repetir.

De los bomberos se ha dicho todo y nunca es suficiente, su labor fue más allá de los límites que exige su profesión. ¿Y de los responsables políticos? Tanto Carlos Mazón, president de la Generalitat, como María José Catalá, alcaldesa de Valencia, vivieron por primera vez desde que tomaran posesión de su cargo, una de las peores tragedias que nadie espera gestionar. Me sorprendió la respuesta de las autoridades: fueron claros desde el inicio, rápidos en las decisiones y determinantes frente a las innumerables informaciones que no se correspondían con la realidad. No es nada fácil estar a la altura y menos gestionar las necesidades para las víctimas de este terrible incendio. Ventajas fiscales, bonificaciones, alojamientos, pero sobre todo sentirse comprendidos y acompañados en ese momento en el que el fuego te lo arrebata todo, incluso la vida.

No sería de extrañar que este siniestro se convirtiera en el 'Madrid Arena' de la construcción

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