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Cuando se abre el melón de la defensa de lo público frente a lo privado, salen ejemplos como el de las ayudas que Amancio Ortega ha destinado a las poblaciones afectadas por la dana, siendo más ágiles y eficaces que las que debiera aportar «papá ... Estado». Ya sucedió en Valencia con aquella máquina que donó el señor Ortega para tratar el cáncer y que estuvo guardada y empaquetada en un almacén durante un año, a la espera de que la Generalitat la pusiera en funcionamiento porque no había licencia de obras. Es incapacidad, ineptitud, torpeza e incompetencia de una administración que no sabe atender las necesidades cuando salen fuera de sus protocolos funcionariales.

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