Vamos a recuperar en estas Fallas todo el confinamiento que nos trajo el puñetero coronavirus, con creces. Las previsiones no pueden ser mejores, de hecho son tan buenas que podemos implosionar de éxito. Buen tiempo, fin de semana y el día 20 es festivo en ... Madrid, por lo que tendremos más visitantes. La ciudad se prepara, los monumentos y las carpas se dejan ver y la temperatura sube como si de un regalo de Dios se tratara, como si nos dijera: «ya va siendo hora de disfrutar merecidamente y en condiciones».
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Por el lado contrario, la cansina realidad de la política que marca nuestros días y que guste más o menos, condiciona a todo bicho viviente. El hundimiento de Sánchez es imparable. Lleva un año mítico, para el recuerdo, para tirar de hemeroteca y quedarse sin argumentos (si alguna vez los tuvo). En Valencia, tenemos a su homólogo como máxima autoridad en la figura del alcalde Ribó. Le importa un pimiento la ciudad, más allá de imponer su ideología y sectarismo. Desde el argumento populista de que la Marina de Valencia es de la ciudadanía, el bloqueo del puerto, de las empresas que allí se encuentran y de los futuros proyectos lastran a una Valencia que ya miraba por encima a Barcelona.
A ver si Ribó conoce a Shy. Larry Shy es un tipo estadounidense que vive en Michigan y se ha vuelto viral en las redes sociales con un video en el que destaca lo «amazing» y fantástico que es España, la maravillosa gastronomía que tenemos, la arquitectura y sobre todo sus gentes (nosotros). De fuera cantan a los cuatro vientos que somos lo mejor del mundo y recordarlo de vez en cuando no nos viene mal. Tal es el afecto del tío Larry a nuestra tierra que lleva tatuado en su brazo la bandera de España, un torito e incluso el logo de El Corte Inglés, ¡flipa!
Con gente como la que tenemos gobernando, que ni toma ni deja tomar buenas decisiones, ocurre a menudo que nos creemos que no somos capaces. Lo somos.
Somos emprendedores pese a los palos en las ruedas, somos pacientes ante tanta ley del «sí es sí», ante tanto violador suelto, ante tanta política feminista de postureo. Somos ciudadanos resignados a ver cómo nuestros hijos pueden tomar decisiones que son responsabilidad exclusiva del ámbito familiar.
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Sí, me declaro fan de Larry Shy, somos un gran país, para mí el mejor. Me niego a bajar la cabeza y doblar el espinazo. Somos muchas cosas en el gobierno de los últimos años, somos de todo menos incapaces.
Veremos si no enviamos a casa el 28 de mayo a quienes desde su poltrona quieren dictarnos la manera de vivir.
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