Fruto de la casualidad se han solapado dos mociones de censura, una en España y la otra en nuestro vecino país galo. Sin embargo, Francia se ha levantado en armas para protestar por el retraso en la edad de jubilación. Los vecinos del norte no ... se andan con tonterías a la hora de salir a quemar las calles, literal, en señal de desacuerdo. Y eso que Francia es un país en el que la edad de jubilación de la población está por debajo de la media del resto de países europeos. Con el decreto de Macron quieren establecer en 64 años para 2030 la edad de acceso a la pensión, siendo ahora a los 62 años. A diferencia de nosotros, que nos la metieron pasando de los 65 años a los 67 años para 2027. Estamos más cerca de jubilarnos con un pie en el lecho de muerte que en los chiringuitos de Benidorm.
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En España no hubo movilización alguna por la modificación de la edad para la jubilación, en Francia la oposición le ha metido una moción de censura a Emmanuel Macron, de la cual se ha salvado por los pelos, y en las calles los sindicatos han activado movilizaciones con días de huelga, protestas y barricadas.
Aquí los sindicatos están más a la gamba que a la manifa porque resulta más cómodo y sabroso, siempre y cuando el gobierno siga metiendo a chorro los millones para subvencionarlos. Cuando llegue el PP al gobierno, si lo consigue, ya desempolvarán las pancartas para luchar contra las «políticas fascistas».
Hoy podemos comparar una moción de censura a la francesa con las calles encendidas frente a una moción de censura a la española con un absoluto desinterés entre la población. Un numerito de circo que sale muy caro a los españoles que pagamos el sueldo de todos los que han protagonizado un espectáculo bochornoso. ¿Para qué? Para tapar los problemas reales y ver cómo dedican su tiempo y esfuerzo en asuntos que para nada solucionan la vida de la población.
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Francia no será ni mejor ni peor, ahora bien, cuando hay que salir a la calle, los galos protestan de verdad. Las decisiones del gobierno no salen gratis y la presión popular pasa factura a sus responsables. Aquí, Sánchez tiene pactos con partidos independentistas, anti-constitucionalistas y hasta con los sindicatos. La moción de censura de Vox no le ha puesto contra las cuerdas como a Emmanuel Macron, todo lo contrario. Al gobierno le han ofrecido un balón de oxígeno para hacernos olvidar al Tito Berni y todas las miserias que sufrimos. Una moción de censura cómoda para Sánchez, sin riesgo y con red, de manual de circo con todas las de la ley.
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