Pedro Sánchez, más vidas que un gato

Las últimas encuestas publicadas así lo afirman, pese a que nos informen de que los desastres naturales sean consecuencia del cambio climático, la subida de la cesta de la compra por la guerra de Ucrania o que se rebajen las penas y se pongan en libertad a casi 1.000 agresores sexuales.

Los últimos años de gobierno de Sánchez están plagados de capítulos bochornosos con manipulación de leyes, acuerdos con anti-constitucionalistas, casos de corrupción, prostitutas, drogas, riego de subvenciones o subidas económicas insostenibles.

Pero impera una aparente calma y en caso de marejada, la culpa es de la derecha fascista y los insaciables empresarios.

La foto del buen momento de la valoración de Sánchez viene justificada por el control sobre la inmensa mayoría de medios de comunicación. Es difícil encontrar islas informativas con libertad y valentía para hacer frente al gobierno. LAS PROVINCIAS es un ejemplo de ello y en radio, la Cadena Cope de igual manera pelea para contar los hechos tal y como son. Cómo debe ser de tensa la situación que Sánchez jamás ha dado una entrevista a Cope, de hecho ya es Carlos Herrera quien ha decidido no querer entrevistarlo porque dice que no merece la pena. Quedan algunas islas informativas más, pero pocas.

El resto es un monopolio informativo gubernamental al servicio de la izquierda, en este caso de Sánchez. Siempre se ha dicho que la izquierda ha sabido manejar con diferencia a los medios de comunicación, con desparpajo y sin ningún tipo de vergüenza a sabiendas de que el Partido Popular nunca le planta cara, y si lo hace no les hace temblar el pulso.

Después de un buen tiempo de gobierno la maquinaria mediática está bien engrasada, las ruedas de prensa del presidente son sin periodistas y todos los problemas de España vienen originados por la derecha fascista. Y si no es así, ya se encargan los medios de comunicación de repetirlo una y otra vez porque la clave del éxito viene a consecuencia de la disciplina y la repetición. Repite una mentira hasta la saciedad y la gente creerá que es verdad. Ese es nuestro Sánchez.