Política desde el sofá

Soportamos estoicamente a políticos como Héctor Illueca, vicepresidente segundo de la Generalitat Valenciana, o como Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales del Gobierno de España, que ponen a parir a estos malignos empresarios que intentan ganar dinero. Hay que jod...

Si por ellos fuera nacionalizarían los supermercados, la vivienda, la automoción, la energía, la gasolina o la banca hasta convertir a la península en una delegación cubana.

A esta gente le viene de cuna el no cotizar en su parásita vida en la empresa privada, por eso, deben desconocer que si en la empresa no se gana dinero, nos vamos todos a la pu...puerta del paro.

Todos estos que están en el gobierno se dedican a diario a alimentar problemas para tapar sus verdaderas incapacidades profesionales. Por ejemplo, ni escuchamos, ni dan visibilidad a los más de 10 suicidios diarios que suceden en nuestro país. Tema lo suficientemente grave como para tratar de darle solución, y eso que Belarra es psicóloga. Sin embargo, la atención que se dedica a la violencia machista goza, afortunadamente, de muchísima más repercusión, aun teniendo una incidencia insignificante según su índice de criminalidad. ¿Por qué? Porque el drama se ha convertido en un negocio político, del que dependen muchas personas, asociaciones y organizaciones. Porque cada vez se crean más cargos para atender un problema del que muchos se alimentan. Así de triste es la realidad y así hay que llamar a las cosas, por su nombre.

Mientras tanto aguantamos a responsables políticos que van a lo suyo, que no han creado jamás un puesto de trabajo, que cada año ingresan en su cuenta una cantidad de 6 cifras y con la placidez de saber que su empresa nunca quebrará. Porque cobran de los impuestos que paga usted, pago yo y paga el de Mercadona, al que ponen a caer de un burro porque es un empresario que gana dinero, crea riqueza, bienestar y paga sus impuestos.