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Y de nuevo se obró el milagro de cada año después de que ardieran todas las Fallas de Valencia: la limpieza y normalización de las calles en un tiempo récord. No me digan que no es alucinante el trabajo que hacen para que en unas ... horas Valencia amanezca con cierta naturalidad, en vez de encontrarnos con una ciudad como si hubiese sido arrasada por Atila, el rey de los hunos. Tras la resaca fallera sería conveniente reflexionar. Vaya por delante que son las primeras Fallas para la nueva alcaldesa y que no es menos cierto que el anterior gobierno de Ribó se encargó de dejarle diferidos unos cuantos 'marrones' antes de que perdieran las elecciones. Dicho lo cual, sería momento de hacer autocrítica en muchos aspectos que se solucionan con trabajo, previsión y dinero.
El olor en las calles a orín y otras sustancias no es asumible ni justificable porque 'viene un millón de visitantes'. Habrá que proporcionar aseos portátiles para minimizar el resultado de los apretones callejeros y así proteger con anticipación los monumentos para que no sean orinados.
¿Y el problema de los macrobotellones? Nadie ha pensado en crear una oferta que complemente la fiesta fallera, sobre todo de cara a los más jóvenes y no tan jóvenes que quieren disfrutar de las fiestas de otra manera. Debemos ser la única capital importante de España en la que no se lleva a cabo una oferta musical creada propiamente desde el Ayuntamiento. Y eso que contamos con una potente asociación de promotores, emisoras de radios musicales y profesionales dispuestos a ello. El resultado es que se dispersan pequeñas verbenas por la ciudad en las que en muchas de ellas se sobre afora el espacio con el peligro que conlleva.
Son muchos los aspectos mejorables y de todos depende el dinero para llevarlos a buen puerto. La idea de cobrar la tasa turística, aunque solo sea durante el tiempo que duran las Fallas, sería conveniente replantearlo para que los que vienen de visita y no pagan ni un duro por ver las Fallas, que por lo menos sufraguen parte de los costes de limpieza, seguridad, protección del patrimonio, etc.
¿Por qué me voy a París en cualquier época de año y pago una tasa por persona, cada noche que me alojo en la ciudad? Hacerlo en Fallas no va a disminuir el número de visitantes. Al fin y al cabo de lo que se trata es de que todo sea sostenible con el esfuerzo de los falleros, los valencianos y también de los que vienen de fuera. El año que viene ya no cabrán excusas y tienen todo un año para pensar, trabajar y ejecutar.
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