Para aquellos que lo desconozcan porque no viven en Valencia, sepan que desde el lunes 10 de abril y hasta el lunes 1 de mayo ... disfrutamos 4 semanas de 4 días laborales, ya que todos los lunes son festivos. O lo que es lo mismo, fines de semana de tres días y medio si eres funcionario y acabas tu jornada a mediodía. El alcalde Ribó es uno de ellos, ya que ha propiciado esta conjunción de festivos para «experimentar» la semana laboral de 4 días, ¿casualidad a mes y medio de la cita electoral?
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No me hacía falta pero por confirmarlo he hablado con comerciantes, pequeñas empresas y autónomos y desde luego que ninguno de ellos se puede permitir cerrar todos los lunes durante cuatro semanas consecutivas. Los que no somos funcionarios con un sueldo asegurado tenemos la mala costumbre de tener que levantar la persiana para poder facturar, comer, pagar facturas y los impuestos que en parte van destinados a pagar las nóminas del personal público. Yo sé que jod... pero es la realidad. No pareciéndoles poco, esta semana podíamos leer que los funcionarios de Presidencia de la Generalitat se movilizan para pedir teletrabajo, ya que se sienten discriminados frente a otros empleados públicos de otras áreas donde ya se aplica. Sin duda son de otra raza y sin intención alguna de pasar página a la pandemia cuando el resto de mortales cotizantes hemos vuelto a la normalidad. Hoy es el día en el que muchas administraciones públicas no tienen servicio presencial en detrimento del ciudadano. Siguen las colas interminables y una pésima atención al público en muchas dependencias públicas. ¿Cómo es posible que no te atienda un funcionario público y la gestión la tramite la persona de la empresa de seguridad que está en la puerta de entrada? Existe y lo escribo con conocimiento de causa.
El paquete de votos es tan grande como el de funcionarios al servicio de la administración, va por ellos las semanas de cuatro días. Y si pueden teletrabajar con las pantuflas y el pijama desde casa, mejor: cafetito y cruasán a primera hora, 'esmorsaet' a media mañana y como decía el chiste: «mi padre es funcionario, sale a las 3 y a las 2 ya está en casa».
Para suavizar la situación romperemos una lanza en favor de todos aquellos empleados públicos comprometidos y conocedores de la realidad, que son muchos.
Pero alguien debe poner límites a este sin sentido fuera de toda realidad mundana. Quienes generan riqueza son las empresas y no las pueden fundir a impuestos, aumentar los festivos y que además paguen la fiesta de los funcionarios.
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