Que te vote Txapote

Pero el «que te vote Txapote» es algo más que una declaración de intenciones, es un sentimiento que ha rebasado muchas fronteras, algunas de ellas inimaginables. Hemos pasado de escuchar el grito de guerra de un espontáneo colándose frente a las cámaras de televisión de diferentes programas, hasta la frase impresa en la leyenda de la cruz verde de una farmacia. Es más, ahora las avionetas ya no anuncian con pancartas por las playas españolas una crema, unos melones o un centro comercial, también llevan por todo lo alto el «que te vote Txapote».

Hay quienes intentan condenar el movimiento de todas maneras posibles para dar amparo a Sánchez con impotencia para hacer frente a la situación, pero se le ha ido de las manos y en esta ocasión ha errado el tiro. En su altivez de adelantar elecciones colocándolas en mitad de las vacaciones de verano ha provocado una reacción que ni él mismo se esperaba, poniendo a un país entero pendiente de su capacidad de votación.

España y los españoles, una vez más, mostrarán con acierto que cuando hay que movilizarse y ejercer un acto de responsabilidad, lo saben hacer. Es muy probable que miles de votantes se queden sin poder ejercer su derecho por no haber podido recibir la documentación, encontrarse fuera, o vaya usted a saber. También es cierto que el voto por correo ha superado todas las expectativas y quienes votan con tanta antelación suelen tener el voto bastante claro. Nos podíamos haber ahorrado una semana de campaña electoral porque es un año duro e intenso y el pueblo español merece un poco de tranquilidad, sosiego, seguridad, sin bandazos con unos y con otros.

Huele mal para Sánchez y sus amigos, tanto que si los resultados son demoledores pudiera acabar linchado por sus propios compañeros de partido. Los mismos que han perdido el poder en las últimas elecciones municipales y autonómicas por culpa de las políticas de Sánchez, pueden tenerle muchas ganas y defenestrarlo por lo siglos de los siglos. Aquí huele a muerto, político.