Lo natural es abrazar las ideas revolucionarias cuando se es joven, para después ir transitando al conservadurismo a medida que se van acumulando años y experiencias. En mi caso particular, aunque nunca he simpatizado con esa izquierda a la que se relaciona tópicamente con las ... ideas más progresistas, en buena parte porque la valenciana lleva asociada con el aldeanismo catalanista desde hace más de medio siglo, creo que se ha cumplido la premisa. Contracíclicamente, a medida que voy envejeciendo va aumentando mi rechazo por el Estado. Con esto no digo que se resientan mis convicciones teóricas sobre su papel esencial en el desarrollo de las sociedades humanas modernas, o que me haya transformado en un comunista libertario o en un anarcoliberal. Esta transformación personal paulatina hacia una suerte de minarquismo no sería producto, por tanto, de la existencia de la institución en sí, sino por la pésima praxis de la logia humana que lo lleva pilotando desde hace décadas. El Estado para estos no es un fin en sí mismo, sino que es una herramienta para eternizarse en el poder. En los países comunistas el partido gobernante acababa confundido con el aparato estatal, aspiración íntima de la actual dirigencia del PSOE liderada por Pedro Sánchez. La comparación con los regímenes soviéticos del XX parecería la más natural en términos ideológicos. Sin embargo, conociendo la naturaleza inescrupulosa, narcisista, expansiva, ostentosa y amoral del personaje es inevitable acudir a referentes un poco más lejanos en el tiempo como el de la monarquía absoluta francesa del XVIII, aquella en el que el jefe del Estado era el Estado en sí mismo: «l'État, c'est moi». No es de extrañar que en tales circunstancias y condiciones políticas abusivas puedan terminar surgiendo cargos tan pintorescos como el de jefa de gabinete del jefe de gabinete de la presidencia; ni que esa jefa de gabinete del jefe de gabinete de la presidencia simultanee membresía remunerada en los consejos de administración de las empresas públicas ONLAE (Loterías) y Paradores de Turismo; o que el hermano de la jefa de gabinete del jefe de gabinete de la presidencia, consejera a su vez de la ONLAE y de Paradores de Turismo sea consejero delegado de la Compañía Española de Reafianzamiento dependiente del Ministerio de Industria. Situación rocambolesca que desprende un cierto tufillo a chirigota gaditana, pero que no tiene ni puñetera gracia. Mucho más si atendemos al hecho de que para que toda esta grey viva entre lujos versallescos se está esquilmando a un pueblo que, llegada la catástrofe, ha sido miserablemente abandonado. Y aún hay quien defiende esta absurdocracia.
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