Secciones
Servicios
Destacamos
Es difícil que los valencianos estén completamente de acuerdo en algo. Tampoco creo que en eso seamos un pueblo excepcional con respecto al resto. Aunque ... es cierto que la indefinición identitaria, forzada por un proceso político en el que el nacionalismo catalán ha involucrado a la Comunidad Valenciana para fortalecer su proyecto soberanista y, a la vez, debilitar territorialmente a España, crea unas tensiones innecesarias que la mayoría de regionalidades no padecen. Y digo innecesarias porque mientras concretamos nuestra personalidad, personalidad que en realidad ya venía definida por un continuo histórico que desagrada al sucursalismo por considerarlo complaciente con «la ocupación castellana», y distraemos recursos a ese menester no volcamos nuestros esfuerzos en construir un modelo económico y político que contribuya a nuestro enriquecimiento particular y, ¡oh!, nacional. Y sin embargo debemos celebrar que son los rasgos tradicionales, coherentes con nuestra evolución histórica, los que han ido, con excepción de alguna concesión como la de «país valenciano» en el Preámbulo de nuestro Estatuto de Autonomía o la inhibición del centro-derecha en las contradicciones lingüísticas, imponiéndose en las producciones legales que rigen la vida política de la sociedad valenciana desde que el franquismo se fuera a la tumba de la mano de su creador. De entre todas ellas, el Himno de la Exposición de 1909 de los maestros Thous y Serrano como himno oficial de la Comunidad Valenciana. Obra musical que quizá condense en sus acordes y texto con más acierto los rasgos de nuestra personalidad. De unos años a esta parte, no fue siempre así, la afición del Valencia C.F. se ha acostumbrado a cantarlo, incluso varias veces, durante los partidos que disputa su equipo en y fuera de Mestalla. Es su sonido el que ha sustituido al tradicional pasodoble 'Valencia' en la salida de los jugadores al terreno de juego y el que ha relegado a un lugar secundario al himno compuesto por los maestros Pablo Sánchez Torrella y Ramón Gimeno Gil con motivo de la celebración del 75 aniversario del club che. Y, como no podía ser de otra manera, este fenómeno ha generado cierta polémica entre los valencianos. Los hay que lo consideran una apropiación -que hagan ellos lo mismo- o los que creen que su uso es un abuso que atenta contra su solemnidad. No le niego respetabilidad a cualquiera de las dos posturas, pero mucho me temo que la mayoría de los detractores de esta nueva costumbre son de esos que no lo han cantado nunca, o de aquellos que les chirría eso de «ofrendar nuevas glorias a España». Hagan la prueba del algodón.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.