El cartonet

Imagino que anteriormente habré contado alguna de mis aventuras en el instituto en el que cursé los estudios de secundaria. Seguramente alguna relacionada con la ... asignatura que llamaban 'valenciano'. También es posible que haya mencionado que mi profesor de esa materia en el COU era un activista del pancatalanismo duro, escritor y destacado columnista del diario Levante-EMV. Otro erudito que podría haber volcado su presumido talento en otros menesteres de mayor provecho. Éste, que nunca aparcaba su automóvil cerca del centro de enseñanza -lo cuento únicamente con ánimo documental e ilustrativo y nunca aprobatorio- jamás se anduvo con tapujos cuando hacía referencia a la identidad nacional/cultural de los valencianos: éramos catalanes. También recuerdo que tenía esa mala costumbre que comparten muchos conmilitones, traducir al valenciano los nombres propios; él lo hacía cuando pasaba lista. Yo no respondía cuando al llegar mi turno nombraba a un tal 'Bru'. En honor a la verdad, admito que siempre se plegaba a mi silencio contestatario y acababa haciendo el llamamiento con mi nombre real. También es cierto que en aquellos primeros años noventa del pasado siglo la resistencia a la catalanización era mucho más general, firme y espontánea que la de hoy, sobre todo en Valencia. Esto no tanto como consecuencia de elaboradas y profundas convicciones ideológicas como por lo novedoso y, todavía, extraño del proceso de sucursalización. Aquel profesor, que a los años supe que se había alzado con la dirección del instituto donde impartía clases y que estaba bautizado ¡oh, casualidad! con el nombre de un señor catalán, fue tan sólo la sonora traca final de una tediosa carrera por finiquitar airosamente los estudios de 'valenciano' y dejar de tragar quina. Aquellos años de infinita paciencia con los propagandistas, dizque 'profesores de valenciano', tuvo como recompensa la expedición de un certificado de nivel por la Junta Qualificadora de Coneixements (sic) en ¿Valencià? o JQCV. El cartoncito que lo acredita debe estar en algún rincón de mi casa. Si me pongo a buscarlo, seguro que lo encuentro. Pues ahora me entero de que el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha anunciado que todos aquellos alumnos que superen, o hayan superado desde el año 2009, la asignatura de 'valenciano' con una media en bachillerato superior al siete, les será entregado como reconocimiento el título de nivel C1 (antiguo 'Mitjà') de la JQCV. Observo que el pancatalanismo hiperventila, y yo, que me acuerdo de mis años mozos, pienso que es poco premio para tanta murga que han soportado los estudiantes.