Borrar
Urgente El Cuponazo de la ONCE del viernes deja un bote de 6.000.000 euros a un único afortunado

Doce puntos para Israel

Un gran número de ciudadanos españoles tienen ascendencia hebraica sin saberlo

Lunes, 20 de mayo 2024, 23:00

Sólo la leyenda negra y las retóricas antisionistas del franquismo o del sanchismo pueden complicar la relación histórica de España con Israel. Por su parte, la demonización de la intervención del Santo Oficio al respecto de la cuestión judeoespañola no ha soportado la revisión aséptica ... de la historiografía desacomplejada, resultando del repaso otra manipulación de los enemigos tradicionales del extinto imperio hispano. Más cuando descubrimos, en un esfuerzo voluntario y extra curricular, que la Santa Inquisición nació en la Francia del siglo XII para reprimir mortalmente la herejía cátara. No podemos negar que los judíos fueron perseguidos y mal tratados hasta su definitiva expulsión en 1492 por decreto de los Reyes Católicos. Tampoco que el venerado dominico San Vicente Ferrer hizo apología del pogromo excitado por el ambiente generalizado de antisemitismo en Europa. O que el valenciano Juan Luís Vives, prohombre del humanismo renacentista y maestro de uno de los tutores de Felipe II, su paisano Honorato Juan Tristull, no retornó jamás a su patria por miedo a correr la misma y terrible suerte que corrió su familia en su condición de judíos conversos. No es menos cierto, pero, que los españoles no fueron ni los más crueles ni los más madrugadores a la hora de actuar contra la comunidad semita. Sin ir más lejos, los flemáticos y serenísimos ingleses decretaron su expulsión en 1290, adelantándose, nada más y nada menos, que dos cientos dos años a Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Según los estudios más rigurosos se calcula que la mitad de los judíos españoles se acogieron a la cláusula de conversión a la fe católica con tal de evitar el destierro. Parece ser también que las autoridades españolas contemporáneas se mostraron bastante respetuosas con las propiedades que dejaron atrás aquellos que tuvieron que abandonar Sefarad. Y si bien la España actual sea, quizá, el país europeo en el que menos se siente la presencia judía, no es menos cierto que un gran número de sus ciudadanos tienen ascendencia hebraica sin saberlo. Incluso muchos de esos que se manifiestan hoy contra el «Estado genocida de Israel».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Doce puntos para Israel