Por el Paso de Calés

Una mayoría social aplastante piensa que Pedro Sánchez está dispuesto a derribar el Orden Constitucional con la amnistía a los golpistas catalanes y con los referendos de autodeterminación sólo por alargar un poco más su estancia en la Moncloa. Pero, ¿y si no fuera así? ¿Y si resulta que contra toda lógica Pedro Sánchez siempre compartió los objetivos de los separatismos y del comunismo sumatorio: tumbar el «régimen del 78» y centrifugar territorialmente la nación para acabar estableciendo una república confederal? ¿Y si se le situó en el tablero geopolítico para este fin? Piensen, ¿de verdad le compensa afrontar como líder del Ejecutivo una legislatura que se verá convulsionada por una amnistía que ya está siendo muy contestada, con la perspectiva a medio plazo de la celebración de unas consultas independentistas en Cataluña y País Vasco, con inabarcables deudas políticas que saldar y con el agravamiento de una crisis económica aletargada? ¿Todo por un par de paseos más en el Falcon? Sí, es evidente que su personalidad rebosa narcisismo, pero un petimetre con el garbo de un modelo del catálogo del Pryca no llega hasta donde ha llegado empujado por sus solas ambición y circunstancias.

Ahora pueden llamarme conspiranoico si quieren, pero recuerden que en 1944 un gigantesco ejército cruzó el canal de la Mancha sin que los concienzudos boches se dieran cuenta