Sobre lo de Vox

No creo que el movimiento sea espontáneo ni el momento de ejecutarlo gratuito. Ya habían existido agravios del PP hacia Vox con anterioridad y eso no había provocado la ruptura de las coaliciones. Sin embargo, cuando todas esas afrentas acaecieron, la formación verde no había logrado alcanzar dos de los grandes objetivos de esta legislatura en la Comunidad Valenciana: la derogación de la ley de 'memoria democrática' y la aprobación de una nueva ley educativa que reduzca a la mínima expresión, a falta de más ambición, las políticas lingüísticas catalanistas e infames aplicadas hasta ahora. Bien es cierto que para poder cambiar las cosas es mejor estar dentro de un gobierno, pero también lo es que el escenario electoral ha cambiado desde la irrupción del fenómeno Alvise las pasadas elecciones europeas. Y es que la inevitable degradación de la seguridad ciudadana consecuencia del acogimiento desordenado y masivo de inmigrantes ilegales va a multiplicar exponencialmente los incidentes relacionados con la violencia callejera. Incidentes que aquellos ciudadanos que alguna vez introdujeron la papeleta de Vox en una urna les reprocharán si se mantienen en los gobiernos que cooperan con las políticas de extranjería, socialmente suicidas, de ese consenso socialdemócrata del que participa el Partido Popular. Sólo nos queda, pues, confiar en el acierto de la dirección nacional encabezada por Santiago Abascal y en la capacidad de los de Vicente Barrera para fiscalizar y reprimir desde fuera los impulsos pasteleros del PPCV con el pancatalanismo.