¿Para qué estudiar?

Respuesta, en el Senado, al grupo parlamentario Vox.

«Las universidades españolas están dotadas de personalidad jurídica y desarrollan sus funciones en régimen de autonomía en virtud del derecho fundamental reconocido en el artículo 27.10 de la Constitución Española» o sea que pueden hacer de su capa un sayo.

El juez Peinado, qué instruye causa, pregunta a la Complutense sobre el asunto. Debe suponer que hay gato encerrado. «No pasa ná» dicen algunos que conocen la carrera del portavoz del partido del Gobierno.

¿Se refiere al señor Patxi López? Sí. Se trata de un señor que ejerce su actual función y sus credenciales formativas no dejan de llamar la atención.

Ingresó en la Universidad del País Vasco para estudiar ingeniería y habiendo pasado diez gloriosos años no pasó de primero- un récord-y cumpliendo los 28 se dijo «esto no es para mí» y lo hicieron diputado tras pasarse a la política.

Las generaciones que pueden contemplar estos currículos pueden plantearse, con total falta de criterio, la pregunta. ¿Entonces se llega a los más altos cargos solo entrando en política o casándose con un presidente?

Lo primero es más fácil y lo otro es posible según se desprende tras lo citado aquí. ¿Es una crítica? Se ve que la clave es hacer horas de asiento en las sedes, estar cerca del líder, mostrar capacidad de adaptación- aquí Darwin tendría un ejemplo de la evolución social y los sociólogos- caso Tezanos serían capaces de instrumentar unos resultados que harían enrojecer a quienes han hecho del respeto y el esfuerzo y el sacrificio. Mal ejemplo.