La huida

También es cierta la noticia del que hasta hace poco el partido del «sí es sí», el de Podemos, iniciaba un ERE cerrando algunas sedes por falta del numerario lácteo surgido de la teta del Estado.

Los números no dan porque los votos han sido menos y eso disminuye la cantidad de dineros procedentes del Estado, o sea de usted y yo mismo. «Masa caçadors para el mateix conill» entendí yo a una respetada anciana cuando yo a la sazón quise venderle algo. ¿Qué quería vender? Qué más da. El caso es que no lo vendí.

Lo que parece evidente es que las afiliaciones de militantes van y vienen como un vaivén de aquellos vagones de feria que se balanceaban atrás y adelante desplazando, con gritos incluidos, a quienes los llenaban. Era la Feria.

Hay gentes que no necesitan del salario estatal y se van a sus cosas. Yo creo que no solo es eso. Se dice que las «palomas» de los partidos, esas gentes que dicen que lo mejor es el pacto y que torean los problemas, enfrentándose ladinamente a los llamados «halcones» que claman por la acción directa. Los «palomas» urden el tejido de la fatiga del otro bando mediante el sencillo arte de conspirar para seguir o escalar. A mi que el Sr. Espinosa se vaya me da igual, como me dio igual que se fuera la Sra. Olona.

A mi me preocupa Puigdemont que tiene una lista de los reyes Magos separatistas. ¿El 17 la solución?