El juicio mediático

Ahora incluso se mide la capacidad intelectual de quien se asoma por primera vez a la posibilidad de ingresar en la Universidad.

Estos días 23.000 estudiantes valencianos se han visto sorprendidos por una cuestión que sirvió de «carne» mediática, a propósito del alquiler de vientres para albergar seres vivos que luego serán de otra persona.

Serán de quien ha alquilado el vientre como si de un coche, un patinete, o un hotel de lujo se tratara. La miseria del que lo necesita obliga a aceptar el contrato.

En la selectividad valenciana para medir el conocimiento del castellano, se parte del análisis de un texto sobre el nacimiento de Alex Lequio, a la sazón muerto e hijo de Ana Obregón.

Ella nos tenía acostumbrados a sus bikinis anunciando el verano, incluso antes que el Corte Ingles que ya es; mientras nos recordaba por enésima vez su condición de bióloga. Curioso modo de examinar el castellano.

Nada de Lope de Vega, Calderón, Unamuno, Cervantes que todos son antiguos y quien sabe si tienen la etiqueta secreta de fachas a los ojos de quienes redactan la prueba. El asunto vale hasta 10 puntos. Menos mal que aparecen Lorca y Martín Gaite. Claro que eso no solo pasa en la Comunidad.

Parece que en Madrid una polémica parecida ha levantado polvo sobre una pregunta sobre una declaración, en forma de arenga, del militar Queipo de Llano en 1936.

Proclamaba la hombría del soldado «nacional», sugiriendo violaciones a las mujeres declaradas comunistas y anarquistas; todo ello para el examen de Historia. Aquí hay más juicios previos mediáticos. El alcalde de Onteniente, Mónica Oltra, Francisco Camps etc. Mal, ¿No?