La Luna se achica

Entretanto el hambre y la miseria avanzan en el mundo llamado civilizado y las tropas famélicas asaltan Canarias y nos los reparten como si fueran cromos a las diversas comunidades.

Yo me limito a copiar la noticia y comentarla. Es cierto que esos metros los ha perdido en unos cientos de millones de años y eso me tranquiliza. Tengo tiempo.

No sabemos que inventar para que el personal caiga en el miedo compulsivo. El miedo encoge al individuo y le insta a solicitar amparo. ¿A quién? ¿Al Gobierno, a Marlaska? ¿A tú mamá? ¿A Dios? Cada uno a quien sepa o pueda. Es la jugada. Mientras tenga miedo no me muevo. Cosas.

Ahora es la amnistía en tiempo retardado gallego y mañana es una nueva cepa del virus que causa el COVID y a mí no me cabe la camisa en el cuerpo porque me pasa al revés que la Luna y es que mi cuerpo se ensancha mientras que mi alma se encoge. No sé que me va a pasar porque eso se ha producido en un tiempo humano, en el transcurso de la vida de uno. ¡Dónde vamos a parar!

No gano para sustos. Por lo visto, vuelvo a la Luna, la cosa lunar ha perdido masa y pregunto a uno de mis amigos que juega a enhebrar versos; me dice que él ve la Luna como siempre. Ve la Luna como un vuelo mental y que el único lunamoto que percibe es el de su alma enamorada. Mi amigo ha vuelto a la adolescencia. Mi tren ya ha pasado sin parar. Me voy a ver el mar. Saludos.