El tirano no tiene quien le escriba

Protestas Peter Lim pierde el pulso internacional tras la retención de la pareja de aficionados en Singapur, pero sigue contando con las instituciones valencianas

Cayetano Ros

Valencia

Lunes, 14 de octubre 2024, 00:02

El historiador José Ricardo March relató en este periódico la fascinante vida del abogado Julio Gascó, uno de los fundadores del VCF a principios del siglo XX, jugador a su vez del equipo y entrenador ocasional, exiliado a México durante el franquismo y fallecido ... allí en 1956, recibiendo un merecido homenaje en su casa, Mestalla -crespones negros en los brazos de los futbolistas-, a pesar de la vigencia de la dictadura en España. Pues bien, el 'local management', aprovechando la disputa de un amistoso en tierras aztecas, ha publicado en su web retazos plagiados de la vida de Gascó sin citar a March, que ha dedicado ocho años a la investigación. La bajeza moral e intelectual de los secuaces de Peter Lim ha repetido esta semana a raíz de la retención de una pareja de valencianistas en Singapur por el 'delito' de mostrar una bandera de 'Lim go home'. El 'local management' describió el atropello a la libertad de expresión como un «hecho» para el que pedía un «rápido desenlace».

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Algunos de los periódicos más importantes del mundo, el New York Times, el Independent y L'Equipe, dieron buena cuenta de la detención durante seis días de Daniel Cuesta y Mireia Sáez, en viaje de luna de miel. La privación de libertad de los valencianistas no mereció ni una nota condenatoria de la Agrupación de Peñas ni de la Asociación de Ex Futbolistas. La familia de la pareja, al ser liberada, zanjó la «pesadilla» y agradeció a la Embajada de España en Singapur y a la delegación del Gobierno en Valencia. El escarmiento de Lim por una pegatina y una bandera en su contra contrasta con la impunidad con la que el máximo accionista ha liquidado al VCF ante la permisividad de las autoridades locales.

Sólo un día después de la liberación de la pareja, el club presentó en el Ayuntamiento de Valencia el «proyecto definitivo» del nuevo estadio sin un plan de financiación, pero beneficiándose, eso sí, de los privilegios urbanísticos concedidos por la Administración: 40.000 metros cuadrados de terciario en la Avenida de las Cortes y 75.400 metros de residencial más otros 14.000 de terciario en la Avenida de Aragón. Por el contrario, en un cajón de la Conselleria de Cultura sigue sin darse curso al VCF como Bien de Interés Cultural (BIC), ya aprobado por unanimidad por el Ayuntamiento de la capital. Se trataría de preservar los signos de identidad valencianista y evitar una posible desaparición propulsada por Lim. El jefe del 'local management', Javier Solís, se opuso al BIC al comparar el club de Mestalla con Freixenet y con Zara.

Tebas contra el pueblo. En el delirio de quien cobra 5,4 millones anuales por dirigir la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas equiparó la competición española con un Ferrari. «¿Es caro el fútbol? Los Ferrari son caros y no veo que los roben». El éxito de este juego siempre fue, precisamente, lo contrario, no había nada más barato: una pelota de trapo y cuatro piedras para las porterías. El fútbol de pago en España es el más caro de Europa. El pirateo es condenable; los precios para los aficionados por las imágenes de la Liga son un exceso.

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