La ciudad responsable
Marina Sender Contell, Presidenta del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia
Lunes, 11 de septiembre 2023, 00:04
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Marina Sender Contell, Presidenta del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia
Lunes, 11 de septiembre 2023, 00:04
Vamos a pensar en Valencia como una ciudad amable. En el contexto actual, es nuestra responsabilidad aspirar a una ciudad mejor, en definitiva, una ciudad pensada para quien la habita, que cumpla con las necesidades de todos los ciudadanos, tanto en movilidad, como en seguridad ... y en calidad ambiental.
Valencia ya ha comenzado a avanzar en su transformación con el objetivo de renaturalizar nuestras calles y repensar la movilidad, con la urbanización de grandes plazas como la del Mercado y Brujas, y la de la Reina, pero no debemos parar. La remodelación y reurbanización de nuestro entorno es una oportunidad para regenerar y mejorar nuestro ámbito haciéndolo más sostenible. Los dos ejemplos comentados son de los espacios más visitados y vividos de la ciudad, con una calidad urbana indiscutible.
En el último año se han aprobado proyectos convocados por concurso público, que han contado también con participación ciudadana y que pueden seguir deviniendo en una ciudad más amable. Algunos de ellos resolverán asignaturas pendientes, como es el Parque de Desembocadura, culminando y dando final al Jardín del Río Turia, al corredor verde, con el soterramiento de las vías y la eliminación del puente de Peris y Valero, y como no, el proyecto de reordenación y renaturalización de la Plaza del Ayuntamiento. Tras un compás táctico de espera con resultado netamente satisfactorio, esperamos que en breve se ejecuten las obras del proyecto ganador del concurso, digno aglutinador de las numerosos condicionantes establecidos por los diversos usuarios de la misma. Quedan muchos proyectos por llevar a cabo en una ciudad que quiere renovarse, consciente de ser motor económico a la vez que responsable de la calidad de vida de los ciudadanos.
Los arquitectos siempre hemos defendido que las actuaciones urbanas no deben ser aisladas, no se entiende que la planificación de los espacios públicos no sea abordada desde un punto de vista global, con la interrelación entre todas las plazas y espacios que conforman el centro de la ciudad, y sin olvidar los barrios periféricos y las bolsas de ajardinamiento que requiere una ciudad en nuestros días, cumpliendo con los ratios de arbolado por habitante, en un clima de celebración en 2024 de la Capitalidad Verde Europea que no puede convertirse en un mero slogan.
Valencia es una ciudad privilegiada, se encuentra rodeada de espacios naturales de excelencia ambiental, como son el Parque Natural de la Albufera, el Parque Natural del Turia, la huerta valenciana y el mar Mediterráneo, pero está situación necesita de políticas de apoyo que vayan en línea para conseguir una ciudad sostenible energéticamente, formalizando los exigentes parámetros de la agenda 2030 y de bajas emisiones.
Entendiendo el urbanismo como la herramienta de planificación urbana, insisto en que este proceso involucra a todos, ciudadanos, entidades públicas y privadas, y tiene consecuencias que influyen directamente en la economía, política, ingeniería y el diseño, entendido este último como aglutinador del todo. Las consecuencias de esta planificación redundan en hogares, áreas comerciales, industriales, núcleos de oficinas y espacios verdes.
En definitiva, una ciudad responsable responde a las necesidades de la gente, tiene que ser tranquila y agradable, transmitir confianza y seguridad, y ser respetuosa con el medio ambiente, integrándose en el entorno construido elegantemente. Vida de barrio y de calle, de cercanía, sin olvidar los espacios de encuentro y celebración. No debemos olvidar que hay que recuperar un nuevo equilibrio en el que las personas sean el centro de la toma de decisiones.
La movilidad es un elemento muy importante a la hora de pensar esa ciudad amable, pero esto no implica eliminar el vehículo privado, sino articular bien el espacio público que se puede utilizar por las personas y el destinado al tráfico rodado. En las ciudades que prima la peatonalización, se debe recordar que las personas necesitan tener facilidad para sus desplazamientos, con una buena red de transporte público dentro de la ciudad y que conecte con el área metropolitana, y también debe poderse utilizar el transporte privado para lo que hay que crear una red suficiente de aparcamientos disuasorios.
Por último, Valencia es una de las ciudades que ya se valora entre las mejores del mundo para «vivir». Hemos de trabajar para que así siga siendo, compatibilizando desde el respeto la vida de la ciudad con el turismo que nos visita.
Entre todos, desde el respeto y la conciencia social de la convivencia necesitamos el compromiso de la sociedad en su conjunto para lograr que Valencia sea una ciudad responsable.
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