Vox y sus consecuencias

La última, la salida dos veces del pleno, ha costado el retraso en gestionar 37 millones de euros de las cuentas públicas, lo que tendrá sus consecuencias a pesar de que un día después intentara quitarle importancia y asegurar que los proyectos serán aprobados. Faltaría más, pero se hará con retraso y perjuicio para el gobierno.

Y eso es algo que no se puede permitir una alianza a la que se juzgará por dos cuestiones: el nivel de ejecución del presupuesto (o sea, la gestión) y que sea capaz de aportar ideas nuevas más allá de las iniciativas heredadas, dado que llevamos casi un año viendo pasar por la Mesa de Contratación concursos de proyectos y estudios encargados antes de mayo de 2023 por Compromís y PSPV con excepciones que se cuentan con los dedos de una mano. O sea, volvemos a la gestión.

Venimos de una etapa de ocho años con gobiernos municipales más que complicados. Compromís es una coalición, lo que por definición hace que el reparto de poder sea más delicado, y su relación con los socialistas llegó a ser tormentosa, por decirlo de una manera suave. Decisiones sobre movilidad, la tasa turística, la solución al PAI de Benimaclet o el modelo para la Marina son algunos ejemplos de asuntos que se embarraron durante años.

Pero cuando llegaba el momento de las comisiones y los plenos, es difícil recordar algo en lo que votaran por separado o discrepasen abiertamente. Siempre quedaba la salida de una moción alternativa o un acuerdo de última hora para, que de eso se trata, dar una imagen de gobierno unido.

Ahora, cuando nos encaminamos al primer año de mandato, el gobierno municipal tiene a gala decir que ha ejecutado el nivel más alto de inversiones en la historia del Ayuntamiento, con 120 millones. La duda es si mejorarán esa cifra en 2024 porque de momento dedican más tiempo a desmentir cualquier crisis de gobierno que a otro asunto.

Y si eso no es cierto es lo que parece, que al final de la historia es lo que queda en la retina de los votantes. Para esto nada mejor que poner el ejemplo de la limpieza en las calles. El presupuesto ha subido mucho, hay contratas nuevas y aportaciones extraordinarias cuando hay eventos extraordinarios, como ocurrió estas Fallas. Aún así, el último barómetro municipal arrojó el dato de que para el 62,7% Valencia está igual o ha empeorado respecto a lo que ocurría hace un año. Hay que recordar que el PP y Vox lograron el 49,9% de los votos en las elecciones de mayo de 2023. La única satisfacción es que el 40,3% cree que estará igual o mejor dentro de un año.

Al bajar al terreno de la limpieza de las calles, por ejemplo, el asunto no mejora dado que el 13,8% de los encuestados lo considera el peor problema que tiene Valencia, frente al 11,4% que lo decía en marzo de 2023. Y si acudimos a la delincuencia y seguridad ciudadana, argumentos centrales de la propuesta electoral del PP y sobre todo de Vox, entonces la pérdida de confianza es peor, al pasar del 8,3% al 13,3%.

Es decir, que tonterías las justas si PP y Vox quieren salir con buen pie del mandato. Si los votantes no perciben una mejora sustancial, Badenas ya no tendrá la oportunidad de más tener más pataletas.