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Cuatreros blancos

El relato consiste en transformar la mentira en realidad. Retorcer la verdad, cuando no inventársela, y contarla muy alto y muchas veces hasta que lo negro... sea blanco

Miércoles, 8 de enero 2025, 23:23

Qué fácil es ser del Real Madrid. Lo pienso muchas veces al año y esta semana me ha vuelto a la cabeza. Y no lo ... digo esta vez por cuestiones deportivas; ya se sabe que ser del club que más gana -y que gana casi siempre- es bastante más sencillo que ser de equipos como el Valencia, el Atlético de Madrid o el Athletic Club de Bilbao. Clubes cuyos aficionados solo son de su equipo a sabiendas que la mayoría de las veces no van a ganar títulos.

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Pero ser del Madrid... y el Madrid tiene también otras ventajas suculentas. Léase bien el juego de palabras. Si eres el Madrid juegas en otra liga y vas por una autopista que sólo transita, no siempre, el Barcelona, mientras el resto circula por carreteras secundarias. Ocurre con la diferencia entre sus derechos de televisión -o esta semana con los premios de la Supercopa-, ocurre con el favor arbitral en cada uno de los partidos que ellos juegan y ocurre también con el rodillo mediático nacional -aquí sí, caso exclusivamente aplicable al Real Madrid- que vive por y para ensalzar y proteger al club blanco. Nada que ustedes ya no sepan. Y, si juntamos todas estas letras, en el diccionario español-fútbol nos aparece una única palabra: Vinícius Júnior.

Él solito representa todo lo que sucede en nuestra España futbolística. Jugador endiosado por el club emblema de la capital de España, protegido por el rodillo nacional y al que los árbitros rinden pleitesía obligada cada semana; tragando bilis y dignidad por temor a represalias mayores. ¿Vamos bien, no? Ahora regálenle todo eso a un niñato pandillero que no tiene respeto por nadie y ya tienen el cóctel definitivo. Bueno, no. Aún falta colocarlo todo en el lugar correcto para efectuar la detonación: Mestalla.

Vinícius es un jugador endiosado por el club emblema de la capital de España y protegido por el rodillo nacional

El campo más odiado por el Real Madrid, así lo dicen sus propios aficionados, el campo más valiente de primera división -no se achanta ante Vinícius y su ejército- y uno de los tres estadios que más problemas deportivos le causa al Madrid fuera del Santiago Bernabéu. Ahora sí; ya lo tenemos todo.

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Vinícius golpeó en la cara a Stole Dimitrievski el viernes pasado y fue expulsado porque el VAR no podía obviar lo que toda España vio. A partir de ese momento, las alegaciones blancas. Primero que Dimitrievski cogió de las trenzas a Vinícius; mentira.

Después que el portero le provocó; mentira. Luego que fue un empujón; mentira. Más adelante que se arrepintió; también mentira (pidió perdón con un tuit a sus compañeros por la expulsión, no por sus actitudes sobre un terreno de juego). Y luego llegan los actores secundarios; el árbitro redactando el acta específicamente para que solo le cayeran dos partidos.

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Primero por la redacción del incidente y, después, por el hecho de que Soto Grado no reflejara como Vinícius, tras la roja, se fue como un poseso a por él agarrado por sus compañeros. Eso, para el árbitro, no existió.

Ni una palabra. ¿Lo tienen claro, no? Mentira tras mentira y ocultación de la verdad para cambiar el relato. Para convertir al agresor en víctima. Otra vez. Y para cerrar el círculo de la vergüenza, alegaciones racistas del Real Madrid para reducir la sanción. Quizá lo más grave. Hablar de racismo para justificar el golpe de Vinícius en la cara de Dimitrievski. Insultos que no existieron según el informe de laliga, que el Real Madrid expone sin demostrar y que ni Vinícius denunció.

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No hay nada más sucio y rastrero. Pero hasta ahí ha sido capaz de llegar el Real Madrid y los suyos para tapar otra semana de miserias. Es la carta mágica de todo cuatrero y que nunca falla. Ellos siempre ganan.

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