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Demoras. Los pacientes, en la mayor parte de los casos, tienen que ser precisamente eso, pacientes. Deben acostumbrarse a que las esperas y las ... demoras son problemas endémicos de la sanidad pública y que poco o nada pueden hacer para solventarlas. Sin embargo, la felicidad va por barrios y en función de cada departamento, de cada servicio y hasta de cada centro la situación es distinta. Por ejemplo, llegar a Urgencias del hospital Clínico y requerir ingreso supone una espera media de doce horas para contar con una cama en planta. Es necesaria la realización de pruebas hasta que el personal facultativo determina que es conveniente la hospitalización, pero probablemente ocurra lo mismo en el hospital de San Juan de Alicante, donde en el mismo caso la espera media está por debajo de las cuatro horas. Resulta extraño, por tanto, que en estas situaciones el tiempo de demora sea el doble en el hospital de Villajoyosa que en el General de Valencia.
¿Por qué esta diferencia? Puede deberse a distintos factores, como a la cantidad de intervenciones quirúrgicas que realiza cada centro -a más operaciones, menos camas libres, lo que atasca los ingresos-, al espacio dedicado a la hospitalización, al mayor o menor número de pacientes que acuden con una urgencia o a los profesionales que conforman la plantilla; pero también a la forma de hacer las cosas, a la gestión e, incluso, al punto de partida de cada área de salud.
Ocurre algo parecido para tener cita con el médico de familia, para ser derivado al facultativo especialista, para someterse a una prueba diagnóstica o para pasar por el quirófano. De media, y por seguir con ejemplos constatables, los enfermos que van a ser intervenidos en La Fe, el General o en Dénia esperan el doble que los pacientes de Gandia, Elx-Crevillent o Manises.
Queda patente la necesidad de averiguar cuáles son las razones que provocan que un vecino de una determinada población sufra más o menos demoras sanitarias por residir en esa localidad y no en otra, especialmente cuando las diferencias son tan significativas.
Desafío. Dar con la clave de estas diferencias será el desafío de los futuros responsables de la Conselleria de Sanidad. De hecho, el PP tiene previsto llevar a cabo una auditoría de todos los departamentos de salud para «dar a conocer la situación actual de la atención sanitaria, sus debilidades y sus fortalezas», tal y como recoge su programa electoral. Esta inspección tendrá en cuenta parámetros económicos, asistenciales, de plantilla y, como no, los relacionados con las demoras que sufren los pacientes. Pondrá negro sobre blanco cuál es la situación de cada departamento y cuáles son las razones para que ofrezca una asistencia sanitaria más o menos ágil.
Y la solución no pasa exclusivamente por dotar de más recursos (materiales, humanos, económicos...) a las áreas de salud más deficitarias. En el PP tienen claro que la elección de cargos directivos es fundamental y que el mejor cardiólogo no tiene por qué ser la persona ideal para encargarse de la dirección económica o de recursos humanos. Buscar los perfiles ideales para cada puesto puede ser difícil y tedioso, pero supone una garantía y muchas posibilidades de éxito.
Fe de errores. La información publicada ayer por este diario titulada 'La presión alcanza el límite en Urgencias' indicaba que los pacientes que requieren hospitalización esperan una media de doce horas en el hospital de Vinaròs cuando, en realidad, este dato hacía referencia al hospital del Vinalopó.
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