Medidas, en el aire

Hubo foto de familia, varios comunicados subrayando la importancia del acuerdo (al que no se sumó el Sindicato Médico por motivos que darían para otro artículo), buenas palabras y tres folios en los que se detallaron las medidas (desde limitar la agendas de los facultativos y cómo se atendería el más que presumible exceso de pacientes que esto provoque a incrementar la seguridad y la tecnología en los consultorios). Pero nadie concretó al detalle cuándo se pondrán en marcha cada una de las actuaciones.

Parece que no se implementarán en esta semana fallera, en plena vorágine de carpas, petardos y verbenas; y será difícil que se activen en abril, con las vacaciones de Semana Santa y Pascua mediante. Y en mayo son las elecciones, por lo que todos los esfuerzos se centrarán en rascar esos últimos votos que pueden decantar la balanza hacia un lado u otro.

Así las cosas, parece que esas medidas «ambiciosas y de gran trascendencia», como las definieron en la Conselleria de Sanidad, no tendrán un impacto real hasta bien entrada la próxima legislatura, y eso es adentrarse en un terreno pantanoso. ¿El acuerdo es vinculante para el nuevo Gobierno de la Generalitat? ¿Si gana la derecha podrá renegociarlo? ¿Y si se reedita el pacto del Botánico pero Compromís se hace con la Conselleria de Sanidad?

Los acuerdos adoptados servirán para modernizar la asistencia que se presta en los centros de salud, para dar más protagonismo a los PAC y a los profesionales de Enfermería, para pagar horas extra a los médicos que quieran pasar más consultas y no sobrecargar a los que opten por cumplir estrictamente su jornada (que están en todo su derecho), para contar con más equipos que permitan incrementar la cartera de servicios que ofrecen en la actualidad los centros de salud; de ordenadores nuevos, de más vigilantes, formación, docencia, investigación... Todo ello positivo y que redundará en una mejor atención. Pero habrá que pagarlo. ¿De dónde saldrá el presupuesto? ¿Dará Hacienda el visto bueno? ¿O Sanidad ya lo tenía previsto y presupuestado, por lo que esto ha sido una especie de teatrillo?

Lo que está claro es que acuerdos de este calado quizá sería conveniente adoptarlos a comienzos de legislatura en lugar de cuando está dando sus últimos coletazos. Y los antecedentes de uno de los últimos pactos importantes alcanzado por Sanidad y los sindicatos (en aquel momento suscrito por Ana Barceló) en 2018, y con el que se pretendía facilitar el transporte de los sanitarios, no ha terminado de cumplirse, puesto que al final ha tenido que ser un juez el que lo determine. Un mal precedente.