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La música valenciana, unida en la adversidad
DANIELA GONZÁLEZ*
Lunes, 17 de febrero 2025, 00:04
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DANIELA GONZÁLEZ*
Lunes, 17 de febrero 2025, 00:04
La música valenciana siempre ha sido un símbolo de identidad, unión y tradición. Pero en los últimos meses, ha demostrado ser mucho más que eso: ... ha sido refugio, esperanza y una red de apoyo inquebrantable en uno de los momentos más difíciles que hemos vivido. La DANA que golpeó nuestro territorio no solo afectó infraestructuras, sino que dejó un vacío inmenso en las sociedades musicales, algunas de las cuales vieron cómo años de esfuerzo y dedicación se desmoronaban en cuestión de horas. Sin embargo, ante la adversidad, el colectivo musical valenciano ha dado una lección de solidaridad sin precedentes.
Desde el primer momento, la reacción de los músicos, de las sociedades musicales y de toda la comunidad fue inmediata: había que ayudar, había que reconstruir, había que seguir sonando. Y eso hemos hecho. Músicos de todas las edades, de todas las localidades y de todos los ámbitos se han volcado en ayudar a sus compañeros, demostrando que la música es mucho más que un arte: es un vínculo humano indestructible.
Cuando una catástrofe golpea, el primer paso es atender la emergencia, pero el siguiente es recuperar la normalidad, y para los músicos, eso significa volver a tocar, volver a ensayar, volver a compartir la música con sus compañeros. Y aquí es donde nuestro colectivo ha demostrado su grandeza. Desde los grandes conciertos benéficos organizados en espacios emblemáticos hasta los pequeños actos solidarios en cada rincón de nuestra tierra, la música ha sido la respuesta natural a la tragedia.
Hemos visto a bandas hermanarse para prestar instrumentos, a músicos ceder sus propias partituras, a sociedades musicales ofrecer sus locales para que los compañeros afectados pudieran seguir ensayando. Y todo esto, sin esperar nada a cambio, simplemente porque sabían que había que hacerlo. Porque la música, más que nunca, tenía que sonar.
Las iniciativas han sido incontables y todas han sumado: desde agrupaciones que han organizado conciertos solidarios, pasando por la movilización de artistas del panorama nacional e internacional, hasta el apoyo de directores que han ofrecido su batuta para dirigir conciertos de apoyo. La comunidad musical se ha convertido en un ejemplo de resiliencia, no solo consiguiendo recursos para reconstruir las sociedades musicales, sino también devolviendo la energía y la motivación a quienes lo habían perdido todo.
Una de las cosas más emocionantes que ha dejado esta crisis ha sido ver cómo los lazos entre generaciones se han fortalecido. Nuestra música es intergeneracional por naturaleza, pero esta vez ha sido especialmente significativo ver a músicos veteranos apoyando a los más jóvenes, a niños y adolescentes encontrando referentes en sus mayores y a familias enteras volcadas en reconstruir lo que la DANA intentó arrebatarles.
Ver cómo los músicos más experimentados se han convertido en mentores, cómo los más jóvenes han tomado la batuta de la solidaridad y cómo todos juntos han trabajado codo con codo para salir adelante ha sido una de las mayores enseñanzas de este proceso. La música ha sido el puente que ha unido a distintas generaciones en un mismo objetivo: reconstruir, recuperar y seguir adelante.
Desde la FSMCV, hemos canalizado cada ayuda posible, asegurándonos de que llegara a quienes más lo necesitaban. Se han movilizado recursos propios y hemos trabajado junto a las sociedades musicales para que nadie quede atrás en este proceso de recuperación.
Además del apoyo externo recibido, hemos destinado fondos directamente desde el presupuesto de la Federación, sin recurrir a campañas de captación, porque creemos que es nuestra responsabilidad apoyar a nuestro colectivo en momentos como este. Sabemos que el camino aún es largo, pero no pararemos hasta que todas las bandas, todas las escuelas y todos los músicos puedan volver a su actividad con normalidad.
Si algo nos ha enseñado esta tragedia es que el poder de la música valenciana no está solo en su calidad artística, sino en la fuerza de su gente. Hemos visto la peor cara de la naturaleza, pero también la mejor cara del ser humano: la solidaridad, el compromiso, la hermandad.
Gracias a todos los músicos, a todas las sociedades, a todos los que han dado su tiempo, su esfuerzo y su talento para ayudar a los demás. Sigamos colaborando, sigamos reconstruyendo y, sobre todo, sigamos sonando. Porque si hay algo que ha quedado claro en estos meses es que nada podrá silenciar a la música valenciana.
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