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La Primitiva de este sábado entrega dos premios de 102.557,03 euros, uno de ellos en un municipio de 1.000 habitantes

Yo pasaba con el camión y la vi. ¿Usted estaba conduciendo? Sí, estaba conduciendo, entrando en la calle. El camionero responde en el juicio con claridad, quizá todavía con asombro -aunque han pasado tres años desde que rescató con vida a una joven, casi niña, salvajemente herida, a la que un violador abandonó a su suerte en un polígono de Igualada-. Los jueces contrastan minuciosamente, es su deber, el relato del camionero que la avistó. Sin duda, ha revivido los hechos innumerables veces: la calle, la joven ensangrentada a la que cubrió con su chaqueta. De espaldas, camisa blanca, gesticula y se encoge de hombros al recordar su reacción al ver aquel bulto extraño. «Ahora viene la ambulancia», le dice para tranquilizarla. Pero ella, anclada en horror, solo repite «No, no, no, no». El interrogatorio continúa. «Al final, terminará encarcelado él», escriben los usuarios en las redes, ese universo paralelo donde se opina a primera vista sobre lo divino y lo humano.

Muchos usuarios expuestos al vídeo, de apenas 55 segundos, nunca oyeron hablar de la brutal agresión sexual que casi le cuesta la vida a la adolescente de Igualada en 2021. «Contexto, pls». Piden datos. Porque el vídeo, sin contexto, es la antítesis de la noticia: no sabemos qué, quién, cuando, dónde, por qué. Transpira, eso sí, autenticidad. En otro vídeo, una mujer se declara culpable de asesinato sin remordimientos («¿Por qué habría de tenerlos?»). El audio es real, pero la mujer no; es, posiblemente, una reconstrucción.

¿Qué hay de auténtico en Internet? ¿Cuánto se da por cierto sin comprobarlo? La autenticidad es la moneda de cambio del universo digital. Los usuarios viven, ríen y lloran sin saber si lo que ven es real: basta que lo parezca. El capítulo «Caída en picado», de la serie Black mirror, analiza con agudeza el riesgo de falsear la realidad para ser popular. Nadie pregunta si el vídeo está guionizado, ensayado, editado, recortado; si ese niño «tan gracioso» será premiado o castigado en función de los likes.

¿Qué hay de auténtico en Internet? Los usuarios viven, ríen y lloran sin saber si lo que ven es real

Con el camionero los usuarios aciertan: «Es un héroe, un ángel». Reconocen, en el relato popular, el viaje del héroe. El peligro es conectar emocionalmente, bajar la guardia y tomar como verdad todo lo que vemos en las redes sociales. Otro enemigo es la velocidad de consumo: en un minuto se da me gusta a 4 millones de publicaciones de Facebook. La presidenta de la Asociación Internacional de Comunicación se despide, exhortando a los investigadores reunidos en Gold Coast (Australia) a estudiar sin descanso la desinformación y ayudar a los ciudadanos a detectar los mensajes falsos.

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lasprovincias El camionero de Igualada