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Tenemos obsesión por la preparación especializada, por el estudio de idiomas, el máster, los dobles grados. No se puede discutir: necesitamos profesionales especializados para generar ... avances científicos y profesionales. Pero la hiper-especialización en las ramas del saber es, a la vez, un problema. Los tecnicismos impiden la divulgación del conocimiento, lo hacen estanco: frenan el intercambio de ideas y el progreso. Filología y sociología. Antropología y matemáticas. Arte y medicina. Centro de vacunación, óleo sobre lienzo; las ciencias tienen mucho que decirse. Puede que usted domine el italiano, o el inglés. Pero comunicarse con personas de otros países implica mucho más que conocer el idioma, porque la filología va unida a la cultura.

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La comunicación es una de las habilidades blandas, transversales, que complementan el conocimiento especializado. Se aprende por ósmosis, observando a los demás. Y, con ese conocimiento tópico, sin verificar, presentamos importantes hallazgos científicos, conclusiones y evidencias exculpatorias ante el juez y pronósticos médicos de extrema gravedad.

Qué decir del trabajo en equipo. La pandemia ha puesto en comunicación a fisioterapeutas, neumólogos, neurólogos, enfermeras, trabajadores sociales y cuidadores. Un experto en periodismo colaborativo me explicaba este fin de semana que los equipos se rompen la mayoría de las veces por discusiones entre los periodistas, a veces por nimiedades. Imagínense que el caso Watergate, por citar uno, acabara en la papelera de reciclaje por una taza de café. Pues ocurre. En una orquesta y en un quirófano la organización de las tareas, la distribución del tiempo y los roles, el buen liderazgo y la coordinación son esenciales.

Comunicarse con personas de otros países implica mucho más que conocer el idioma

Saber gestionar las relaciones interpersonales y relacionarse con personas de culturas y experiencias vitales distintas a las nuestras son otras de las habilidades que demanda el siglo XXI, como consecuencia de la globalización. Un reto acuciante, como demuestra la actitud de algunos aficionados en Mestalla, la punta del iceberg. Establecer redes. Algunas personas crean redes de manera natural: detectan intereses comunes entre amigos y conocidos y los ponen en contacto. Si es usted un hikkomori -persona que vive encerrada en casa por temor al exterior, grave problema en Japón-, debe proceder a resetearse.

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Como en todo, hay que encontrar el equilibrio. En los dos sentidos. Porque poner el foco excesivamente en las habilidades blandas en detrimento del conocimiento nos hace perder competitividad. Y despreciar el conocimiento generalista, la visión holística, también.

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