Directo Sigue el minuto a minuto del superdomingo fallero

Impresionan las imágenes del funeral y la presencia de miles de ciudadanos rusos en homenaje a Alexéi Navalni, disidente por convicción y héroe de oficio, ... candidato a la alcaldía de Moscú en 2013. Fallecido en misteriosas circunstancias -uno más- en la prisión IK-3 en el Círculo Polar Ártico. A su hija, bromeando, le escribe desde Siberia, encarcelado «Tu padre Escarcha» -el ser mitológico que puede hacer caer la nieve-.

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Tras enfermar gravemente con síntomas de envenenamiento en un vuelo hacia Moscú el 20 de agosto de 2020, se salvó gracias a los cuidados médicos recibidos en Berlín y varios meses de recuperación. Ninguna duda sobre quién, qué, cuándo, cómo, dónde y por qué. La potente sustancia utilizada, Novichok, poco conocida para el público en general, era más que una advertencia, porque no escondía el propósito: acabar con el incómodo rival, el único capaz, ya en el féretro, de movilizar, en su funeral, a miles de personas que no pueden expresarse libremente. Decenas de detenidos. Rusia, 164 sobre 180 en el índice de la libertad de prensa de Reporteros sin Fronteras.

Cubierto de rosas rojas. Las que por las noches han retirado agentes enmascarados de lugares emblemáticos en diferentes puntos del país desde que falleció a mediados de febrero. Esa forma de mostrar cariño y respeto la ciudadanía, que se repite en todos los lugares del mundo -la última en Valencia-, pero que en Rusia se castiga y reprime. Allí y en el funeral se han rendido, pero no ante Putin, sino ante el ejemplo de valentía y compromiso del incombustible abogado y político ruso.

«Si deciden matarme, significa que somos increíblemente fuertes», les dijo Navalni a los suyos

Apenas recuperado, Navalni emprendió en 2021 el camino de regreso a Moscú. Mirando a cámara, habla en inglés en un documental filmado en 2022: «Mi mensaje, si soy asesinado, es nunca rendirse». Una voz en off le pide que lo repita, en ruso. Y el mensaje, aunque igual en el fondo, es completamente diferente en la forma. Al dirigirse a los suyos Navalni se activa y les habla con fuerza y pasión: «Si deciden matarme, significa que somos increíblemente fuertes». Detenido al instante de pisar tierra, sin el equipo médico que obró el milagro en una hospitalización de emergencia, regresa para morir. Lo sabíamos todos. Es la escena en la que los niños gritan a su héroe favorito: «No, no lo hagas, vuelve atrás». Pero él, en 2020, ya volaba hacia Moscú. Su viuda, Yulia Navalnaya, la única en condiciones de recoger el testigo, hizo un esfuerzo visible el jueves para cumplir con el compromiso y denunciar las detenciones ante el Parlamento Europeo, dirigiéndose a la ciudadanía. Es lo que está en juego en el este de Europa.

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