Recambio generacional

Nadie del círculo íntimo del presidente Biden se atreve a decirle que viaja desnudo. Empezando por Jill, su esposa, que le animó a seguir tras un debate que dejó en evidencia sus problemas de salud (un debate de 90 minutos no define lo que has hecho los últimos cuatro años, Joe), negando la evidencia. 'The New York Times' ha pedido a los confidentes y asesores del presidente demócrata que den un paso adelante y frenen su candidatura, subrayando que Joe Biden no lucha ya contra Trump, sino contra sus propias limitaciones.

Hablamos de un país de más de 300 millones de habitantes -solo por detrás de China e India, ambos con más de mil cuatrocientos millones- y de un partido político con 48 millones de afiliados, más de cuarenta senadores, 200 representantes, 25 gobernadores y 3000 representantes en las cámaras de los Estados. Allí donde debería irrumpir con fuerza una masa crítica amplia de candidatos de primer nivel para acceder a la presidencia, sólo hay vacío. Trump tampoco tiene rival interno de altura. Frente a Biden, él es su peor enemigo por sus problemas con la Justicia. La sucesión es crucial en cualquier organización -las pymes valencianas lo saben muy bien-. Formar a la siguiente generación es parte esencial del liderazgo, una responsabilidad que requiere visión, en este caso de estado, que los dos eluden.