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Año 70 aC. Cicerón ha denunciado a Verres antes los tribunales en Roma por los abusos y tropelías cometidos durante su mandato en Sicilia (Verres ... había sido el equivalente a Delegado del Gobierno de la república romana en la isla del 73 al 71 aC).

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El tribunal encargado de dictar sentencia era, en principio, favorable a Verres. Pero este no las tenía todas consigo y trató, por todos los medios y con todo tipo de maniobras, de retrasar varios meses el juicio para que le correspondiera un nuevo tribunal en el que habría amigos personales y excolaboradores suyos, lo que le aseguraría una sentencia favorable.

A pesar de estos intentos de posponer el proceso, este se llevó a cabo gracias a la determinación y habilidad jurídica de Cicerón, que pronunció unos discursos memorables ante el tribunal, conocidos como 'Verrinas'.

Recuerdo este episodio de intento de manipulación de la justicia en la República Romana hace 2.100 años, porque si algo caracteriza al sanchismo y a sus socios de extrema izquierda es la falta de respeto a la necesaria separación democrática de poderes. Si algo caracteriza al sanchismo es su desesperada pretensión, al igual que Verres, de controlar y manejar a su antojo el poder judicial.

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Esto se refleja en los nombramientos para cargos clave en el Poder Judicial, saltándose completamente la pretensión de imparcialidad e independencia. Un ejemplo es el escándalo de nombrar a quien fuera Ministra de Justicia en el Gobierno de Sánchez, Dolores Delgado, como Fiscal General del Estado, algo inaudito en nuestra democracia. Además, acaba de ser propuesta ¡estando el gobierno en funciones!, y con la oposición del Consejo Fiscal, como Fiscal de Memoria Democrática y Derechos Humanos, un puesto creado para ella.

Otros dos ex altos cargos sanchistas, José Antonio Campo, exministro de Justicia, y Laura Díez, ex directora general de Coordinación Jurídica del Ministro Bolaños, fueron nombrados a finales de 2022 como miembros del Tribunal Constitucional. Estos emitirán sentencia sobre recursos a leyes aprobadas bajo el gobierno del que formaban parte.

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Por no hablar de los ataques repetidos y las descalificaciones del propio Sánchez al Consejo General del Poder Judicial. Por no hablar de las feroces críticas de las ministras Montero y Belarra a los jueces al ejecutar la ley sanchista que ha permitido la excarcelación de violadores y pederastas. Por no hablar del intento de asalto al órgano de gobierno de los jueces.

Volviendo a la republicana romana, entre los discursos estelares en defensa de la democracia se encuentran las famosas 'Catilinarias'. En el primero de ellos escribe Cicerón algo que parece pensado para Sánchez: «Fuiste capaz no solo de no respetar los tribunales sino también de derrocarlos y conculcarlos».

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¡Ah! A pesar de todas sus triquiñuelas políticas y jurídicas, Verres fue finalmente condenado. Vaya berrinche se llevó. Parecido al que está demostrando Sánchez.

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