Se encontraba el monarca, Jerjes, sin saber qué hacer ante el problema que se presentaba en las Termópilas, cuando Efialtes, creyendo que obtendría una gran ... recompensa de Jerjes, le reveló la existencia de un sendero oculto a través de la montaña que conducía directamente a la retaguardia de los griegos apostados en el estrecho paso. Este acto condenó a las fuerzas griegas lideradas por Leónidas, quienes, a pesar de su heroica resistencia, no pudieron hacer frente a la traición que les rodeaba».
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Así cuenta el historiador griego Heródoto -«el padre de la historia», le llamó Cicerón-, la traición de Efialtes, que permitió a los persas flanquear la resistencia de los espartanos, lo que supuso la derrota y muerte de Leónidas y sus 300 famosos soldados, junto con otros aliados griegos que se habían quedado a defender el paso de las Termópilas en el 480 a.C. Efialtes fue vilipendiado y su nombre quedó como sinónimo de traidor. En el contexto moderno, el término «efialtes» incluso se utiliza en griego para referirse a «pesadilla».
Recuerdo la historia de Efialtes a propósito de la posición de los representantes políticos valencianos ante la nueva infamia de Sánchez de pagar a los independentistas catalanes su voto a Illa para presidir la Generalitat concediéndoles el «concierto económico catalán».
La última traición de Sánchez a la Constitución -después de la ley de amnistía- es conceder a los golpistas (así los calificó el Tribunal Supremo) un régimen fiscal privilegiado, de manera que la Generalitat catalana gestione y recaude sus propios impuestos, aportando una cantidad pactada al Estado. Esto está al margen de la Constitución, que solo prevé el llamado «concierto» para el País Vasco y Navarra. Nueva traición a la Constitución.
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Este asalto a la financiación autonómica supone un ataque frontal a la igualdad entre los españoles, creando abismos de desigualdad y agravios insalvables para el resto de regiones, en especial para la Comunitat Valenciana, que se verán condenadas a recibir menos dinero. El concierto económico catalán será un golpe devastador para Valencia, que crónicamente recibe menos dinero del que le corresponde. Estamos hablando de cómo financiar la sanidad, la educación, las carreteras, la investigación, la cultura, de cómo apoyar a la industria, el turismo, el comercio o la agricultura de esta tierra.
Ya sabemos Sánchez no tiene principios, escrúpulos ni límites. Lo que dijo en el Comité Federal: «gobernaré con o sin el poder legislativo», es una muestra del dictador que habita dentro de él. Sánchez -como Efialtes- es una pesadilla.
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Los paniaguados del PSOE elegidos por Valencia tragarán con todo porque les va el sueldo en ello, y obedecerán ciegamente a su amado líder, aunque esto supongan traicionar a sus votantes. ¿Qué excusas va a esgrimir el colaboracionista Baldoví? ¿Y los otros diputados de Sumar que se supone que defienden el principio de igualdad? Si votan a favor del concierto económico catalán, se cargan la igualdad de los valencianos y el progreso de Valencia. Serán los Efialtes valencianos de Sánchez.
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