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En uno de los romances del Romancero del Cid se recoge la expresión «Cosas veredes, el Cid, que farán fablar las piedras», frase que luego ... se ha puesto en boca del Quijote, «Cosas veredes, amigo Sancho...», aunque no aparece en la obra de Cervantes. Esa expresión se ha convertido en un proverbio popular para expresar la perplejidad ante las cosas que suceden.

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Recuerdo «cosas verás que harán hablar a las piedras» a propósito de la inclusión de 44 terroristas de ETA, siete de ellos asesinos, en las listas de Bildu para las elecciones del 28 de mayo. Por cierto, son asesinos, no «individuos con delitos de sangre», un eufemismo atenuante del crimen. Aunque lo que verdaderamente «hará hablar a las piedras» no es esa exhibición inmoral de asesinos en las listas, sino el pacto de Sánchez con los filoetarras (la presidencia socialista del Congreso prohibió utilizar esta palabra pretendiendo proteger a Bildu).

Una cosa es que Bildu se presente a las elecciones -la democracia acoge incluso a los que quieren liquidarla, ya lo escribió el historiador griego Tucídices- y otra esta ostentación de asesinos. Han puesto a los pistoleros en las listas precisamente por eso, porque quieren escupir en las tumbas de los 800 asesinados por ellos y vomitarnos a todos los demócratas que matar estuvo bien, que asesinar sirvió de algo.

Ese hombre de sólidos principios e intachable moral que preside el Gobierno, Sánchez, ha musitado, a duras penas, que incluir asesinos en las listas de Bildu «puede ser legal pero no decente». La indecencia es que Sánchez gobierna gracias a los filoetarras y legisla con los filoetarras (¡pero si han anunciado ellos la ley de vivienda que se acaba de perpetrar!). La indecencia es que Sánchez no rompe su pacto con un partido que lleva asesinos en sus listas.

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¿Qué hace Ximo Puig ante el pacto de su jefe con los filoetarras? No hace nada. Votar a Puig es votar a Sánchez, el socio de los indecentes (Sánchez dixit).

En febrero de 2003 ETA asesinaba a bocajarro, de cuatro tiros, al policía municipal de Andoáin Joseba Pagazaurtundúa, militante socialista. Lo hacía después de un largo acoso que vaticinaba ese asesinato. Tres años después, su madre le escribía a ese gran orador y político tan preparado que es Patxi López, desolada por las declaraciones y actitudes de éste: «Harás y dirás muchas más cosas, Patxi, que me helarán la sangre». El «indecente» pacto del «decente» Sánchez con los filoetarras de Bildu hiela la sangre a los demócratas decentes.

Cicerón, gran político y orador (aunque nunca a la altura de Sánchez) escribió y pronunció alguno de los discursos más importantes de la historia en defensa de la decencia, de la honradez y de los valores democráticos, contra Verres, Marco Antonio o Catilina. Si Cicerón hablase ahora nos podemos imaginar el comienzo: «¿Hasta cuándo nos seguirás helando la sangre, Sánchez?»

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