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En Potsdam, cerca de Berlín, el rey Federico II de Prusia, también conocido como Federico el Grande, decidió construir a mediados del siglo XVIII su ... palacio de verano de Sanssouci. Según la leyenda, cerca de los terrenos donde levantó el palacio había un molino de viento propiedad de un molinero llamado Arnold. El molino, con el ruido de las alas del molino y con su presencia, estropeaba las vistas y la tranquilidad del monarca en su nuevo palacio.El todopoderoso Federico II, molesto por esta situación, ofreció comprar el molino, pero el molinero Arnold se negó a venderlo. El rey, enfadado por la negativa, supuestamente amenazó con expropiar la propiedad: «Pero, ¿no sabe que puedo quitarle el molino sin pagarle nada?». A esta amenaza, el molinero respondió con una famosa frase: «Sí, si no fuera porque... hay jueces en Berlín».
El molinero Arnold confiaba en que, a pesar del poder del rey, los tribunales de justicia de Berlín actuarían de manera imparcial y protegerían sus derechos de propiedad. La leyenda cuenta que, efectivamente, el molinero llevó su caso a los tribunales y ganó. Los jueces dictaminaron que incluso el rey debía respetar la ley y los derechos de sus súbditos.
Recuerdo esta historia a propósito de la impunidad que pretende Pedro Sánchez. En España tenemos un Rey constitucional, que no está por encima de la ley, mientras que es el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, el que pretende campar a sus anchas sin control alguno. Sánchez ha tomado al asalto el Tribunal Constitucional, colocando a ex altos cargos sanchistas, José Antonio Campo y Laura Díez. Ha puesto al frente del mismo a Cándido Conde Pumpido, un personaje digno de un relato de terror de Poe, un tipo a las órdenes de Sánchez. A los miembros nombrados por el PSOE les ha faltado el tiempo para golpear con su mayoría y anular las sentencias de varios tribunales, incluido el Tribunal Supremo, sobre la corrupción del PSOE andaluz en el caso de los ERE, el mayor caso de corrupción de la historia democrática de España.
Ha convertido a la Fiscalía General del Estado en la abogacía particular de su familia: Álvaro García Ortiz -declarado «no idóneo» por el Tribunal Supremo- está al servicio de los intereses familiares y partidistas de Pedro Sánchez. Y quien debería hacer que se respetara la actuación de los tribunales, el ministro de justicia, Félix Bolaños, encabeza la estrategia de desprestigio contra los jueces que no se pliegan a las órdenes del sanchismo.Pero todavía hay esperanza. No está todo perdido. Hay jueces en España que, al igual que aquellos en Berlín, continúan defendiendo la justicia y la legalidad, recordándonos que la independencia judicial es un pilar esencial de nuestra democracia. Son los que aseguran la igualdad de los españoles ante la ley, son los que aseguran que no haya impunidad para el presidente del gobierno Pedro Sánchez, sus familiares o compañeros de partido. Hay jueces en Berlín... y en España.
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