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Aquí el invierno es dulce, bañado por un mar manso con sus olas en calma. Reina una paz serena y el descanso de una vida ... relajada, un reposo jamás perturbado y un sueño que nada interrumpe. ¿Qué decir de sus vistas magníficas? ¿Y de sus teatros? ¿Para qué ensalzar su costa y su libertad? Y no faltan alrededor alicientes para librar la vida de la monotonía». Esto, que parece escrito para la Comunidad Valenciana, se lo envía el poeta romano Estacio en el siglo I dC a su esposa para que salga de Roma y se vaya con él a disfrutar de su ciudad natal, Nápoles.
Nápoles era hace 2000 años el destino turístico por excelencia cuando los romanos salían escapando en verano de la urbe por excelencia. Porque... no pensaremos que hemos inventado esto del turismo. Entre las cosas que mencionan los Monty Python en la escena ¿Qué han hecho los romanos por nosotros? de esa genialidad que es 'La vida de Brian' no mencionan el turismo, pero una de las cosas que los romanos han hecho por nosotros, además del derecho, el vino, las carreteras, los regadíos, el latín... es el turismo. Por eso las comunicaciones por tierra y por mar esa zona de Italia eran una prioridad.
Recuerdo todo esto a propósito de los retos del turismo en esta tierra, que publicaba este nuestro periódico el domingo pasado y entre los que destaca, y de qué manera, compensar el déficit en infraestructuras. El turismo es clave para la economía de la Comunidad Valenciana: el 16% del PIB y cerca de treinta millones de turistas en 2023. Para que este sector siga siendo un pilar de nuestra economía, es crucial afrontar desafíos como la formación de personal cualificado, la digitalización de los servicios turísticos, la protección del paisaje, la recuperación del patrimonio, y sobre todo, las infraestructuras, que dependen del Gobierno de España.
A esto tendría que dedicarse el Gobierno de Sánchez, a empezar ya los trámites para ampliar los aeropuertos de Valencia y Alicante antes de que colapsen del todo (¿cuántos vuelos dejan de venir por no tenerlos ampliados?), a poner en marcha de una vez la alta velocidad entre las dos ciudades, a afrontar de una vez el tren de la costa, a acometer la nueva terminal de pasajeros del puerto de Valencia, en fin, a compensar el abandono del gobierno de Sánchez en inversión en infraestructuras en la Comunidad Valenciana en estos seis últimos años.
A esto se tendrían que dedicar Morant, Puente y Sánchez, pero no lo hacen. Además, esta es una de las comunidades peor financiadas de todas. El gobierno de Sánchez debe a los valencianos estas inversiones en infraestructuras, vitales para el turismo. Así que cuando venga Sánchez a la Comunidad Valenciana habrá que decirle: «paga lo que debes».
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