A sangre fría

Así, el PSOE asegura su continuidad en el poder a costa de comprar los votos de Bildu -los herederos de ETA- y humilla a las víctimas del terrorismo. Es una traición a los héroes que murieron por nuestra democracia y una muestra escalofriante de la absoluta falta de escrúpulos de Sánchez y de todos los diputados socialistas, que acatan sumisos un pacto con quienes aún rinden homenaje a los etarras.

Algunos han preferido centrarse en criticar al PP por no haber detectado esta trampa en la comisión. Es cierto que su error es mayúsculo, y su torpeza, monumental -¿qué hacían los tres diputados en esa comisión? ¿y los de la asesoría parlamentaria?-, pero su voto en contra no habría evitado que la ley saliera adelante. Tampoco en Vox se dieron cuenta, pero es que estos no cuentan para nada.

Fijarse en el tropiezo del PP es como mirar el dedo que señala la luna, en lugar de la luna misma. El verdadero escándalo para la democracia es que el PSOE ha aprobado, intentando colar de tapadillo, engañando, con una jugarreta, una medida que rebaja hasta 400 años de cárcel las condenas de 44 etarras.

El terrorista 'Kantauri', asesino de Alberto Jiménez Becerril y su mujer Ascensión García, que dejaban tres hijos pequeños huérfanos, verá reducida su condena en casi ocho años. 'Txapote', el asesino de Gregorio Ordóñez, Fernando Múgica o Miguel Ángel Blanco, podrá ver su pena de cárcel reducida más de seis años, y saldrá tan campante de la cárcel en 2025.

Sánchez necesita seguir en el Gobierno para estar blindado y poder usar a la fiscalía y la abogacía del Estado como escudo para defenderse de los casos de corrupción que le estallan dentro de su familia y de su partido. Para ello requiere el voto de los de 'Txapote'. Hace unos días la revista inglesa 'The Economist' lo llamaba «el despiadado Sánchez». Está claro por qué: está dispuesto a liberar a asesinos etarras para mantenerse en el poder. Y lo hace a sangre fría.