Urgente Catalá expulsa del gobierno a Badenas y reparte sus competencias entre otros concejales de Vox

El término «idiotés» se refería en la Grecia clásica a aquellos que no se involucraban en los asuntos comunes. No significaba que uno tuviera que ... ocupar un cargo político; para los griegos, ser un «idiota» era abstenerse de participar en los asuntos de todos, era no ir a la reunión de la asamblea popular, era renunciar a la responsabilidad de participar en el destino de la comunidad. La raíz «idi-» está presente en palabras como «idioma» (la lengua propia) o «idiosincrasia» (las características propias de un pueblo). Con el tiempo, este término derivó en el insulto que hoy conocemos, designando a una persona ignorante o tonta.

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Hoy, 2.600 años después, no podemos permitirnos ser idiotas en el sentido original de la palabra. No podemos permitirnos quedarnos al margen, desentendernos de lo que sucede a nuestro alrededor, porque eso es precisamente lo que busca Sánchez. Su estrategia es clara: desbordarnos con una avalancha de escándalos, con una mentira detrás de otra, hasta que el cansancio nos gane, hasta que nos venza el hartazgo. Pero no debemos caer en su trampa.

El sanchismo quiere abrumarnos con distracciones, saturarnos de fake news y sembrar la confusión. ¿El objetivo? Que nos rindamos, que nos desmotivemos de la política, y que dejemos de cuestionar a Sánchez y de exigir el derecho democrático del control a los que tienen el poder. El derecho democrático de un gobierno que no nos mienta con amnistías humillantes para la libertad, que no falsee los datos del paro, que no asalte al poder judicial, que no destroce el sistema educativo, que no permita la inmigración ilegal absolutamente descontrolada, que no participe de la corrupción y que no cambie la Constitución por la puerta de atrás cediendo a chantaje de los independentistas.

El sanchismo quiere abrumarnos con distracciones, saturarnos de fake news y sembrar la confusión

Un gobierno que no cierre los ojos ante el aumento de la inseguridad ciudadana, que no quiera silenciar a los medios de comunicación críticos y que no imponga una agenda ideológica sectaria en todos los ámbitos de la vida pública. Un gobierno que apoye a los demócratas en Venezuela frente al golpista Maduro y su lacayo Zapatero, que no legitime a regímenes autoritarios y que defienda los derechos humanos y la democracia con firmeza.

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El sanchismo pretende que nos desentendamos de la política, que nos cansemos y abandonemos la batalla por un país mejor. Nos quieren como espectadores pasivos, preocupados solo por lo particular, mientras ellos hacen y deshacen a su antojo. Pero no debemos permitirlo. No nos dejemos arrinconar en la pasividad. La política es algo que afecta a cada aspecto de nuestras vidas.

Así que, la próxima vez que pienses que estás harto de lo que pasa en España, recuerda: eso es lo que quiere Sánchez. No implicarse en los asuntos comunes es el origen de la palabra «idiota». Recuérdalo. Resiste. No caigas en la trampa de pensar que tu participación no cuenta, porque es justamente lo contrario. Piensa, como aquella campaña de MediaMarkt: «Yo no soy tonto».

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