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En el año 321 aC los romanos y sus vecinos los samnitas se enfrentaron de nuevo en la segunda de las guerras por el control ... de Italia, las llamadas guerras samnitas. La primera la habían ganado los romanos en el 343, pero en esta ocasión los samnitas atraparon a las legiones romanas, aunque eran mucho más poderosas, en un desfiladero llamado Horcas Caudinas, entre Roma y la punta de la bota, en la región de Nápoles.
Les dejaron salir ilesos, pero antes les obligaron a pasar, sin sus armas, despojados de sus símbolos y semidesnudos, por debajo de un yugo, sí, de un yugo de los de arar en los que se uncen los bueyes. El yugo estaba puesto muy bajo, de forma que los romanos tenían que agacharse para pasarlo, de dos en dos, inclinando la cabeza, casi arrodillándose, ante los gritos de los enemigos, que les increpaban y se mofaban de ellos.
Años después los romanos vencieron finalmente, pero nunca olvidaron esta terrible humillación, una de las páginas más negras de la república y de su historia. De hecho, ha quedado la expresión «pasar a alguien por las horcas caudinas» con el significado de «verse forzado a someterse y hacer por la fuerza lo que uno no quería hacer, sufriendo una considerable humillación».
Sánchez está escribiendo también las páginas más negras de nuestra democracia al pactar esta amnistía, inmoral e inconstitucional, con Puigdemont, el golpista prófugo de la justicia (así lo calificaron los Tribunales). Sánchez ha mentido haciendo lo contrario de lo que dijo en las elecciones que iba a hacer y nos ha hecho pasar a los demócratas españoles bajo el yugo de los golpistas independentistas por un único motivo: seguir en el gobierno. Un yugo que cada vez se parece más al de otros tiempos.
Sánchez nos humilla a todos los demócratas españoles y nos hacen arrodillarnos, humillados, haciéndonos pasar por el yugo ante quienes dieron un golpe de estado a la Constitución, incendiaron las calles de Cataluña, malversaron dinero público y escaparon de la justicia. Nos hace pasar, humillados, por el yugo de amnistía que han redactado los propios golpistas. Solo se mueve por su ambición personal y por su afán de poder. No tiene límite morales ni legales.
El historiador Tito Livio cuenta que padre del líder de los samnitas, llamado Herennio, consultado sobre la decisión que habían tomado, les contestó: «Esta es una solución que ni nos depara amigos ni nos libra de enemigos. Los habéis exasperado con el deshonor: el pueblo romano es de una forma de ser que vencido, no sabe quedarse quieto; estará siempre vivo en su corazón esta afrenta y no les dejará descansar hasta que os hagan pagar el castigo de muchas maneras«.
Los romanos nunca olvidaron esta terrible humillación. Los españoles nunca olvidaremos la humillación a la que nos somete Sánchez y el yugo por el que nos hace pasar. No olvidaremos el humillante yugo de Sánchez.
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