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Corrían los primeros años del siglo, El Corte Inglés proyectaba un gran centro comercial en el horizonte de la avenida de Francia, y la alcaldesa Barberá, por quinta o sexta vez, reclamó al gobierno, el que hubiera, blanco o negro, que los trenes empezaran a ... hundirse en el suelo mucho más allá de la calle de Ibiza; que el túnel de la Serrería, un gran invento para los años noventa, ya era imprescindible que, en el siglo XXI, hicieran posible la prolongación de la Alameda y un remate digno para el parque del Turia. Valencia tenía que encontrarse con el mar sin el corte de una doble línea ferroviaria en superficie.

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