Han pasado cincuenta días desde la inundación y todo parece ir demasiado lento. Se acerca la Navidad y es muy triste comprobar que la reposición de bienes y servicios es lenta, que hay mucha gente que sufre, que la normalidad aún está lejos. En los ... próximos días se hará más patente la ausencia de las víctimas; y comprobaremos que los daños, directos o colaterales, son enormes y todavía muy visibles. Cuando se cumple ese plazo simbólico de siete semanas y un día, dos incendios recuerdan que la desgracia está viva.

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Con todo, hay un ejercicio que nuestras universidades deberían estar ya haciendo. Me refiero a la comparación de los procesos de salida, recuperación y reconstrucción en tres riadas históricas de parecido calendario: la del 14 de octubre de 1957, la del 20 de octubre de 1982 y la del 29 de octubre de 2024. Es verdad que cada una se produjo en un río diferente; pero el área es homogénea. Y al afectar a generaciones sucesivas de valencianos quizá la comparación de las respuestas a la desgracia, tanto las públicas como las privadas, nos podría dar un interesante puñado de conclusiones.

A los cincuenta días de la riada del 57, el 2 de diciembre, el alcalde y el gobernador civil aún deambulaban por Madrid para lograr que los fondos de reconstrucción prometidos por el gobierno de Franco empezaran a fluir; y hasta finales de año no vieron desbloqueada la cuestión. A los 50 días de la Pantanada, sobre el 10 de diciembre, el Consorcio de Seguros entregó a los damnificados 689 millones de pesetas de los 2.225 que tenía que pagar, mientras el Banco de Crédito Agrícola ya había destinado 940 millones a los perjudicados. A los cincuenta días de la inundación del siglo XXI, el periódico informa que el Consell tiene pendientes de entregar el 60% de las ayudas directas a las familias pero que el Gobierno aún adeuda el 94'5 %.

¿Se pueden comparar los procesos de recuperación de las tres inundaciones históricas valencianas? Tenemos a mano cientos de datos y parámetros: sabemos que la Pantanada afectó a 57.000 viviendas y metió 350.000 m3 de residuos en la Albufera. Y también que no se pudo evitar que terminara en un largo proceso ante los tribunales.

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¿Podemos establecer similitudes y diferencias e incluso obtener enseñanzas de algún tipo? Mejor aún: vamos a comparar el muy particular modelo de 1957, cuando se confió a las parroquias la distribución de las cartillas de ayuda a los damnificados, con los modelos de gestión seguidos en 1982 y en 2024. En los ochenta, solo algunos bancos estaban empezando a estar informatizados; en la actualidad, hasta los más viejos del lugar se supone que hemos de estar a la última en tecnología. Pero ¿estamos mejorando en eficiencia o no? Dicho más finamente: ¿Hemos logrado que el funcionariado funcione?

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