Elogio de la madurez
En noviembre, apenas quince días después de aquella desgraciada Mañana del Barro, se produjo un destello en la macilenta luz valenciana: un general retirado, Francisco ... Gan Pampols, fue llamado a las filas del Consell, como vicepresidente, para pensar, organizar y ordenar la necesaria reconstrucción. Y solo esa infinita torpeza valenciana de los momentos solemnes hizo que lo recibiéramos con la peor de las reacciones posibles: ponernos a discutir sobre el sueldo que iba a cobrar. En el otoño de 2023, esa generación de jóvenes con mala leche en que se ha convertido el PSOE que conocimos, sacó de la secretaria autonómica de Emergencias a un hombre que parecía que se iba a quedar al servicio de todos: José María Ángel. Y como no sabían qué hacer con un señor que no sabe insultar, lo nombraron presidente del partido y comisionado del Gobierno para la Reconstrucción. Un cargo, este último, que viene a ser el reconocimiento público de que quien fue alcalde de La Eliana nunca debió dejar un empleo, un oficio, el que llamaríamos arte de las Emergencias, que no debería estar sujeto a los vaivenes electorales.
Tras dos meses de un esfuerzo coronado al fin por el éxito, el pasado sábado, ambos, sentados en el sofá de LAS PROVINCIAS, desplegaron un admirable ejemplo cívico. De conocimientos, claro está, pero también de esa paciencia y serenidad que da la edad madura; y de esa admirable capacidad de concordia cívica, de entrega generosa al pueblo, que es, además de la reconstrucción física, la principal medicina que los valencianos necesitamos a los cinco meses de la herida del agua.
La cumbre, esa entrevista del periódico, es una pieza capaz de enseñar mucho. Lo primero, que esto va para largo. Para dos legislaturas, dice el general, o sea unos ocho años. Lo que significa que las jóvenes angustias que se ven a la hora de insultar y salivar en los politiquillos de telediario, son ridículas, prescindibles. Mazón está ya amortizado; pero, con él, es una generación entera de políticos -Bernabé, Baldoví, Morant, y otros ya maduritos- la que ha quedado devastada, muerta por la riada, convertida en historia.
Lo que Pablo Salazar escribió sobre los conocimientos de algunos políticos, me lleva a la ucronía: ¿Si el 29 de octubre José María Ángel hubiera estado al frente de Emergencias y el conseller de Medio Ambiente e Infraestructuras hubiera sido un veterano general llamado Gan Pampols, las cosas hubieran sido diferentes? ¿Qué hubiera ocurrido si en puntos clave de la estructura llamada a decidir hubiera habido gente menos entregada a la causa de su secta? Aunque, sobre todo, me pregunto quién podía tomar el teléfono y llamar a un número:
- Oye, Carlos, déjate lo que estés haciendo y vente para acá, que esto es muy grave...
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