Borrar

Las redes empezaron a celebrar la salida del señor Barrera, muy pronto, a la hora de la cena del jueves. Y es que se trataba de una crisis relámpago, una crisis del tiempo, con hielo y rodaja de limón: el final de un pacto que ... no había cumplido siquiera su primer año. Un cierre ordenado desde Madrid por Abascal y su núcleo duro: porque ganas de dejar el sillón, lo que se dice verdaderas ansias de perder lo conquistado, no tenía nadie. No ha sido muy bonita la imagen de un partido ordenando desde Madrid el descuelgue de cinco pactos autonómicos. Es una foto muy centralista y carece de la lógica estética que Mazón reclamó el viernes en su rueda de prensa: nos hacen la crisis desde fuera, qué feo. Pero los idus de julio están ahí, juegan su papel en algunas cabecitas y el dirigente de Vox ha tomado una decisión crucial mirando al fantasma de Alvise Pérez, el partido que apareció, le arrebató la merienda y casi ha desaparecido.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Los idus de julio